Las seis parejas, de las cuales cuatro se casaban por primera vez y dos renovaban compromiso, fueron ingresando al son de la marcha nupcial interpretada por el coro Voces Libres, con la dirección del maestro Benito Román.
Asistieron familiares, otros pacientes del hospital, funcionarios y autoridades y periodistas. Las lágrimas se mezclaban con las sonrisas mientras los futuros esposos iban ocupando su lugar.
Promesa. La boda colectiva fue organizada por el Incán, con el apoyo de la Asociación de Mujeres Contra el Cáncer de Mama (Amacma), que se encargó de recibir las donaciones de las vestimentas para las chicas y los muchachos. Otras firmas colaboraron en complementos para la celebración.
“Lo que vemos acá es ejemplo de verdadero amor. Demuestran que no solamente están en las buenas, sino también en las malas. Esto debe ser un ejemplo para todas las parejas que necesitan renovar su amor”, dijo el párroco de la parroquia Medalla Milagrosa de Zeballos Cué, Darío Rodríguez, quien presidió el oficio religioso.
Cuando llegó el momento del intercambio de alianzas, una nube de fotógrafos, camarógrafos y grabadoras registraron el momento para la posteridad, entre aplausos y lágrimas. La marcha nupcial cerró el oficio de la inédita celebración. La lluvia de arroz, la música de mariachis y el tradicional ramo de flores en busca de la próxima candidata al altar coronaron una mañana diferente en la que se celebró al amor y a la vida.
Antes no quería casarme. Fui yo quien le pidió la mano a mi marido; 25 años estamos juntos. Sixta Almeida, esposa de Juan Ayala.
Los dos decidimos casarnos la semana pasada. Aprovechamos la oportunidad que se dio ahora. Aquilina Silguero, esposa de Hugo Tintel.