Por Noelia Duarte Solís
CIUDAD DEL ESTE
Everlyn, Alistain y su hermanito Ketlyn descansan en el sofá de la casa, mientras su madre, Joseane Povodenaik (28), los mira con un aire de emoción, orgullo y felicidad entremezclados. “Ellos son mi milagro de Dios”, dijo dando un beso a cada uno de sus pequeños.
Joseane y su esposo, Erdino Bullman, perdieron a un hijo a los tres meses de gestación hace unos años y luego por recomendación médica realizaron un tratamiento de fertilización que resultó en un embarazo múltiple.
“Siempre supimos que con ese tipo de tratamientos podría venir más de un hijo. Nos dijeron que podrían ser mellizos, pero nunca pensamos en cuatrillizos”, expresó la mamá de los pequeños. Uno de los bebés falleció meses después.
La vida de Joseane y de todos en la familia tuvo un giro de 180 grados, ya que el cuidado de bebés es delicado, cuidar de tres al mismo tiempo es como hacer malabarismos. La mujer explica que hay veces que lloran todos juntos, pero en ocasiones uno duerme y otros dos son los que permanecen despiertos. Dijo que Everlyn es “la más plagueona” porque la acuestan y llora si es que no es su hora de sueño. De Ketlyn dijo que es la más tranquila y Alistain (el varoncito) es quien gusta mucho de estar en los brazos de la mamá o el papá.
Joseane califica su experiencia maternal como "única” y cada día aprende con sus pequeños. Con un toque de picardía expresó que Dios le concedió la dicha de una sola vez y que no considera la posibilidad de un nuevo embarazo ni dentro de algunos años.
La madre de los bebés es paraguaya, hija de migrantes brasileños. Contó que el domingo 8 de mayo fue el Día de la Madre en el vecino país y que solo intercambiaron saludos, pero hoy sí lo vivirán intensamente porque es la primera fecha que celebra con sus niños.
EL NACIMIENTO. Los bebés nacieron el 9 de enero de este año en un sanatorio privado de Ciudad del Este con 29 semanas de gestación y tuvieron que pasar por cuidados intensivos y otros estudios especializados para poder salvar sus vidas.
EL ADIÓS. En el mes de marzo, Mikelly, una de las bebas, no soportó y falleció, por lo que quedaron los otros tres que a la fecha crecen sanamente, sin complicaciones. “No entiendo qué fue lo que quiso Dios, duele pero aceptamos. Los médicos nos decían que Mikelly era la más sana, que era la única entre los cuatro que podría salvarse, ella ni siquiera tomó la leche vía parenteral y todos sus hermanitos sí lo hicieron”, explicó Joseane, con un dejo de tristeza.
No quisieron una autopsia para conocer la causa de la muerte, pero la niña fue traída hasta el hospital esteño donde tienen su médico de cabecera y se informó que una anemia muy fuerte y una bacteria fueron los motivos que cegaron la vida de la pequeña.
Los tres pequeños crecen sin complicaciones y para estar más cerca de los centros asistenciales, sus padres se mudaron temporalmente a Ciudad del Este donde se realizan estudios que son necesarios por el nacimiento prematuro.
La familia Bullman-Povodenaik reside en el distrito de San Cristóbal, Alto Paraná, el sostén de la casa es Erdino, quien trabaja como agricultor en la propiedad de un colono que tiene grandes extensiones de tierra.