El grupo de astrónomos liderados por Barry Mauk, del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, en EEUU, ha estudiado los datos recogidos por el detector de partículas energéticas a bordo de la sonda Juno.
Esta misión, lanzada por la NASA en 2011, ya nos ha sorprendido con imágenes de la supertormenta que azota Júpiter, informó el portal internacional Sputniknew.
Los nuevos datos recogidos indican que las líneas magnéticas del planeta más grande de nuestro sistema solar son capaces de acelerar los electrones hacia su atmósfera hasta alcanzar energías de 400.000 electronvoltios, muchísimo más que en nuestro propio planeta.
Pero no fue lo único que sorprendió a los cosmólogos.
“En Júpiter, las auroras más brillantes son causadas por algún tipo de fenómeno de aceleración turbulenta que no entendemos muy bien. Hay pruebas en nuestros últimos datos que indican que, a medida que la densidad de energía de la generación de las auroras se hace más y más fuerte, el proceso se vuelve inestable y un nuevo fenómeno de aceleración se impone”, explica Mauk.
Los astrónomos consideran que la capacidad de Júpiter para acelerar partículas energéticas hasta altas velocidades puede ayudar a entender cómo lo hacen otro tipo de objetos celestes.