Por Pepe Vargas
“Hay que prepararse para el peor escenario”, lanza Julián Báez, director de la Dirección de Meteorología e Hidrología (DMH), respecto al nuevo repunte del río Paraguay que sigue sin dar señales de bajar de los casi seis metros en los que está hoy en Asunción.
El retroceso del lecho fluvial no fue como lo esperado. La previsión inicial era que el río baje, en la ribera capitalina, entre 4,00 a 5,30 m en febrero. Y el súbito ascenso en la cuenca Norte del país preocupa.
“Estamos mirando con mucha atención el ascenso significativo en Bahía Negra, donde en los últimos dos meses subió el nivel en poco más de tres metros”, expone.
Toda esa carga hídrica llegará a la bahía de Asunción a mediados de junio próximo y, sin considerar la influencia del fenómeno El Niño, el río podría alcanzar la máxima (9.01 metros) de la última gran inundación, registrada el 29 y 30 de mayo de 1983.
¿Por qué? “Lo que pasa es que ahora estamos con aguas tan altas, y sumando el evento de El Niño, ese es el escenario peor y real”, suscribe Báez al señalar que Bahía Negra “es el indicador principal de lo que puede ocurrir dentro de dos meses en capital”.
El cauce, en ese páramo de la Región Occidental, pasó de una cota de poco más de 1,20 m a 4,28 m, en menos de dos meses. “Eso va a llegar a la ribera capitalina (y a toda la cuenca sur del río)”, cuya bajante pareciera haber tocado un piso en 5,98 m (ver info).
“La velocidad de ascenso es muy superior a la de descenso: el río subió tres metros en Asunción, en un mes (en diciembre último); pero bajó apenas 2 m, en dos meses”, contrapone el experto.
Pantanal. De acuerdo a la experiencia de los marinos –suma otro elemento– la crecida estival del Pantanal suele contribuir con tres metros más al nivel actual registrado en el Puerto de Asunción.
“Si eso es así, con eso ya tenemos nueve metros”, estima sin poner en la balanza todavía el impacto que traerá la amplificación de las lluvias por influjo del fenómeno climático, instalado desde el 2014 en toda la región.
“Los indicadores de lluvia en el Pantanal y su reflejo en el río están siendo muy significativos; hay chances de que se alcance y se supere los ocho metros muy fácilmente”, tira un pronóstico conservador, primero, sobre el repunte proveniente del extremo norte, fronterizo con Brasil.
Báez explica que la crecida del Pantanal incide en un 60% en el caudal y nivel del río en Asunción; el resto (30%) lo aportan las lluvias en la cuenca media de la Región Oriental que incrementan los cursos contribuyentes del río Paraguay. “Ahora tenemos un escenario en que hay coincidencias: crecida estacional y previsión de más lluvias”, refiere.
Cuesta arriba. El director de la DMH entiende que es “muy poco probable” que el río pueda seguir bajando en las próximas semanas, debido a que existe una tendencia ascendente “desde Bahía Negra hasta Pilar”, repasa.
Para Báez, se debe considerar que marzo y abril “son muy lluviosos” y actualmente la expectativa de volúmenes de precipitaciones “es alta porque su condicionante principal, El Niño, no desapareció; sigue por más de que hubo un debilitamiento”, clarifica.
La última gran crecida de hace 33 años, tuvo como antesala un nivel del río de 7,13 metros, en diciembre del 82.
Marca inédita por entonces que se rompió hace poco, a finales del 2015 cuando el cauce trepó hasta los 7,88 m.
“Mirando lo que ocurrió en diciembre, y principios de enero pasado, llegar a dos o tres metros más (en la bahía de Asunción) va a ser relativamente fácil y si le sumás la lluvia puede ir a tres metros o más inclusive”, compara el meteorólogo y sentencia: “Existe una alta probabilidad de que se repita el escenario del 83".
Si bien no quiere ser alarmista, Báez es partidario de que todas las instituciones del Estado deben “prepararse para el peor escenario”. Más aún en razón de que “las perspectivas no son las mejores”.
El próximo 15 de marzo, anuncia, los principales analistas hidroclimáticos se juntarán para dar una voz oficial de lo que se viene en cuanto al repunte del río Paraguay.