12 sept. 2025

El paro de transportistas continúa en Brasil pese a la intervención militar

Las principales ciudades se declararon en emergencia ya que gasolineras y aeropuertos se quedaron sin combustible, las estanterías de los supermercados estaban vacías y los hospitales sin suministros.

Crisis.  Continúan los problemas en Brasil por la huelga de camioneros que siguen bloqueando las rutas en varios estados.

Continúan los problemas en Brasil por la huelga de camioneros. Foto: Archivo

AFP

BRASILIA - BRASIL

La huelga de los camioneros continúa paralizando a Brasil ayer, pese a que el Gobierno ordenó la intervención de la policía y el ejército y al llamado de uno de los principales sindicatos a desbloquear las rutas.

El viernes, poco después del anuncio del presidente Michel Temer de que usará las fuerzas de seguridad federales, los militares comenzaron a escoltar a camiones-cisterna en su acceso a las refinerías, principalmente, en la de Duque de Caxias, cerca de Río de Janeiro.

El ministerio de Defensa indicó ayer que 132 de los 519 bloqueos registrados el viernes habían sido levantados.

Prácticamente, todas las estaciones de servicio del país están desabastecidas y los productos frescos son cada vez más escasos en los comercios.

El sindicato de distribuidores de combustibles de São Paulo anunció que 99% de las gasolineras de la capital económica de Brasil ya no tienen carburante y que tomará de 5 a 7 días volver a la normalidad, cuando termine el conflicto.

El alcalde de São Paulo, Bruno Covas, que decretó el estado de emergencia el viernes, declaró a periodistas que la situación es grave, pero bajo control.

En Brasilia, la mayoría de las rutas ya fueron despejadas y algunas estaciones de servicio comienzan a ser reabastecidas. Los problemas de aprovisionamiento afectan también casi totalmente al transporte urbano.

En Río, el organismo que administra los BRT anunció en Twitter que el servicio debió ser interrumpido por tiempo indeterminado debido a la falta de combustible. El bloqueo obligó a cancelar vuelos en el aeropuerto de Brasilia, paralizó la totalidad de las cadenas de montaje de automóviles, redujo la actividad de grandes frigoríficos y provocó una disparada de precios de los carburantes y los alimentos.

En su editorial de ayer, el cotidiano estado de São Paulo asigna una irresponsabilidad generalizada, tanto a los huelguistas como al Gobierno, que actuó con demasiada lentitud.

A menos de cinco meses de la elección presidencial de octubre, la escasa credibilidad que le quedaba al impopular gobierno de centro-derecha continúa reduciéndose.