02 may. 2024

El Indi promete “desarrollo integral” de comunidades nativas “más expulsoras”

Este año priorizarán recursos para invertir en infraestructura y desarrollo integral de comunidades más conflictivas, cuyos pobladores viven una “carrera de relevos”, yendo y viniendo del campo a la ciudad.

Problemas de convivencia y liderazgo en sus comunidades, reducción de montes cercados por alambradas y el avance de los cultivos son algunos de los factores que empujan a que los indígenas se instalen en las zonas urbanas, según Aldo Saldívar, titular del Instituto Nacional del Indígena (Indi).

En grandes camiones militares los llevan de regreso a sus asentamientos, pero luego de un tiempo vuelven otra vez. “Al año diez a doce veces les llevamos y vuelve la misma gente o es otro grupo. Hacen como una carrera de relevos, se les lleva a unos cuantos y vienen otros cuantos y así se repite el círculo”, grafica.

El 80% del presupuesto del Indi estaba destinado a la compra de tierra. En este 2018 –según el titular del ente–, mediante una reingeniería presupuestaria, dispondrán de recursos para invertir en “infraestructura comunitaria” que permita el “desarrollo integral de las comunidades indígenas”.

“Caminos de acceso en buen estado, sistemas de agua, apoyo para la actividad productiva, apoyo para la conservación de los bosques –enumera–; sobre todo, acompañamiento para el conocimiento de la distribución comunitaria de los recursos. Tampoco nos sirve que uno o dos líderes se queden con los recursos y el resto de la población siga sin tener acceso a esos recursos; eso es economía comunitaria”, refiere al contraponer que “si bien en el país la tierra es comunitaria, la economía no es comunitaria”.

Empezarán en los departamentos más expulsores, iniciando por Caaguazú. En efecto, las familias que viven en inquilinatos clandestinos –en la zona de la Terminal– provienen de varias comunidades ubicadas en ese punto del país.

“Estos que están acá tienen problemas de convivencia en sus comunidades, ya no quieren estar bajo ciertas condiciones que rigen la convivencia comunitaria. Ellos no respetan los liderazgos comunitarios, son violentos, prepotentes en cierta manera. Incluso, son rechazados en sus respectivas comunidades”, señala.

Es así que tienen que analizar con ellos –dice– porque se compraron propiedades en lugares donde hoy los indígenas dicen “yo no me quiero ir, no quiero ese, nadie me preguntó”, reproduce al recalcar que la tierra ya fue adquirida por el Estado. “Esas inequidades generan estos problemas que ahora estamos teniendo, aparte de los problemas que ellos tienen con sus líderes en sus comunidades”, menciona.

CONFLICTO. De acuerdo con Saldívar, los problemas de convivencia germinaron cuando en la distribución de la tierra se produjeron inequidades. “En 50 hectáreas de terreno, hay 50 familias. En su momento no tenían fronteras, podían trasladarse de un campo a otro e ir a buscar sus necesidades. Pero hoy está todo alambrado y donde había monte, hay cultivos a lo mejor”, apunta. Entiende que existen comunidades en Caaguazú, en las cuales “son más visibles” las desigualdades en la distribución de las tierras comunitarias.

MENDICANTE. Para Saldívar, la actividad mendicante de los nativos en la ciudad pasa no solo por un tema de subsistencia. “Hay una cuestión cultural, lo que antes recolectaban en sus comunidades y que era prodigado por la naturaleza, hoy lo recolectan en los semáforos”, lanza sobre esa forma de sobrevivencia que los nativos llaman “poreka”.

“Aún no pude trabajar con un presupuesto estructuralmente adecuado con lo que, creo, necesitan las comunidades indígenas”, remata Saldívar, quien asumió la cartera de Estado en diciembre del 2015 y –según dice– recién en este año podrá ejecutar los planes de economía comunitaria señalados.

LAS CIFRAS
30 familias indígenas acampan frente al Indi; similar cantidad malviven en al menos cuatro inquilinatos infrahumanos.
80.000 millones de guaraníes aproximadamente es el presupuesto que tendrá el Indi en el presente
ejercicio fiscal.

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