Horacio Cartes aseguró que el EPP no le iba a marcar la agenda, pero o se equivocó porque no sabía de lo que hablaba o directamente mintió. El EPP, mientras tanto, mantiene secuestradas a cuatro personas. La tapa de nuestro medio las recuerda a diario: Edelio Morínigo, 938 días; Abrahán Fehr, 539; Franz Wiebe, 185, y Félix Urbieta, 107.
Recientemente el grupo criminal exigió la difusión de unos materiales audiovisuales como condición previa a la liberación del más joven de los secuestrados, Franz Wiebe. También exigieron a los pobladores de la colonia Rio Verde la entrega de USD 100.000 en víveres a la colonia Antebi Cué y a los campesinos de Guahory.
El EPP no solo atenta contra la libertad de los paraguayos a quienes tiene secuestrados, sino también contra los pobladores del Norte del país a quienes tienen aterrorizados. Además de secuestrar, el grupo criminal humilla a las familias de los secuestrados, a sus vecinos, a los campesinos pobres –enviándoles un mensaje pseudo solidario con el sufrimiento que padecen– y a todo el pueblo. El Estado paraguayo, por su parte, sigue ausente de la zona Norte del país.
La presencia de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) sirvió, desde su creación durante este gobierno, solo para gastar millones de dólares del Presupuesto de Gastos. Los logros de esta fuerza de seguridad son nulos y, al contrario, en cada ataque del EPP en contra de la FTC lograron no solo causar bajas en las fuerzas de seguridad, sino que además lograron robarles armas que pasaron a formar parte del arsenal del grupo criminal.
Ningún gobierno tuvo tantos recursos como este para la lucha contra el EPP, así como ningún otro obtuvo tan pobres resultados. Es frustrante comprobar que esta situación en el Paraguay no mejora. Al contrario de lo que sucede en la región, como es el caso del exitoso proceso de paz en Colombia, en nuestro país, por culpa de la ineptitud de las fuerzas de seguridad, se ven retrocesos, y ciudadanos honestos y trabajadores no puedan vivir en paz.
En el interior, la población rural sufre muchos dramas; no solo es la falta de tierra para cultivar; también están la forzada migración de campesinos ante el avance de la soja, la falta de salud, educación y seguridad; es por eso tan significativa la respuesta que dieron los pobladores de Guahory, quienes en medio de sus carencias dijeron no a la donación de víveres solicitados por los delincuentes autodenominados Ejército Paraguayo.
Los habitantes de la zona de influencia del grupo armado tienen derecho a trabajar en paz. Es hora de exigir al Gobierno una acción más decidida. El EPP mantiene secuestradas a cuatro personas, y esa es una derrota cotidiana del gobierno de Horacio Cartes.