El ambiente en la vivienda de la familia Villasanti Almada está impregnado de dolor y el aroma a palosanto proveniente de un espiral ubicado en un ángulo se apodera del espacio.
Al hablar de Liz Andrea, pese al profundo pesar ante la pérdida de su joven vida, no deja de dibujarse una sonrisa en el rostro de sus padres, Sergio Villasanti y Ota Almada. Y es así como la recuerdan, sonriente, llena de vida y con muchas metas por cumplir. “Ella se ponía metas y las cumplía. Siempre perseguía lo que quería lograr y lo hacía. Desde chiquita fue así", dice orgullosa la mujer.
“Perdimos a una niña de 18 años, una mujer con un futuro tremendo, estaba trabajando en una organización religiosa, todo el mundo la quería, estaba iniciando la facultad este año en Ingeniería en Marketing, iba a empezar ya nomás y todo el proyecto de una persona así tan joven se truncó en forma tan inesperada y nos quedamos destrozados. No encontramos consuelo”, afirma entre sollozos el papá.
Agonía. El domingo de la semana pasada empezó una agonía para la familia Villasanti, que tuvo como desenlace el fallecimiento de Liz Andrea, de 18 años, que con diagnóstico de dengue estuvo como paciente ambulatoria de la clínica Ingavi del Instituto de Previsión Social (IPS), con 54 de plaquetas y una fiebre que no bajaba. Así lo relatan sus padres en su vivienda del barrio Pitiantuta de Fernando de la Mora, Zona Sur, donde reunidos buscan consuelo ante tantas preguntas.
La joven inició los síntomas con una fiebre el domingo a la tarde y la primera consulta se dio el lunes, cuando se realizó el primer análisis, con una baja en las plaquetas en los sucesivos estudios y el estado de la paciente que empeoraba hasta que el jueves, tras la tercera consulta en la misma periférica, fue trasladada al Hospital Central, donde horas después tuvo una complicación y ya no hubo vuelta atrás para su recuperación.
“Ella era muy sana, atlética, trabajaba, estudiaba, era una mujer muy linda, no tenía ningún problema de salud. Ese lunes ella no estaba bien y si se le trataba en ese momento sería otra la historia, pero no la trasladaron. Luego ya se complicó", relata el padre buscando una respuesta.
sin respuesta. “Quiero entender muchas cosas y que me expliquen qué pasó con mi hija. En mi ignorancia sé que ella no estaba bien y que tenían que hacer algo más con ella. Ni suero le colocaron”, se lamenta la madre ante la pérdida que, ella insiste, podía evitarse. En el barrio, varios vecinos están con dengue y pese a la situación y el desenlace de la joven el Senepa no realizó aún los bloqueos y fumigaciones . “No queremos que más familias sufran el mismo dolor”, dice la madre.