Los jefes de Estado del Mercosur que sesionaron ayer en el marco de la XLIX Cumbre del bloque sudamericano ratificaron en un comunicado conjunto su firme compromiso para adherirse en la brevedad posible al Protocolo de Asunción sobre compromiso con la promoción y protección de los derechos humanos, instrumento que todavía no fue ratificado por Venezuela.
Además acompañaron la propuesta formulada por Paraguay de crear una comisión de seguimiento de los derechos humanos en la región, con lo que esta materia pasó a ocupar un plano de mayor relevancia, a propósito de cumplirse 10 años de la aprobación del citado protocolo.
También coincidieron tanto en sus discursos, como en el comunicado final y una declaración especial en la necesidad de dar un nuevo impulso a las negociaciones con terceros países y grupos de países, en consonancia con los objetivos del Mercosur.
Ratificaron la importancia de concluir un Acuerdo de Asociación birregional entre el bloque sudamericano y la Unión Europea. “El Mercosur está listo para avanzar”, resalta la declaración especial sobre relacionamiento externo emitido ayer en el que expresaron la expectativa de que la parte europea manifieste su disposición para realizar el intercambio de ofertas de acceso a mercado, “lo que marcaría el inicio de una nueva y definitiva fase de las negociaciones”.
Otro tema que deja esta nueva Cumbre es la identificación de más de 80 barreras al comercio intrazona que continúan vigentes y que la presidencia paraguaya del Mercosur se encargó de registrar y presentar con la intención de que Uruguay, que asumió ayer la presidencia semestral del bloque, se encargará de trabajar para hallar con los demás países miembros los mecanismos que ayuden a reducirlas.
La intención manifiesta de la presidencia paraguaya del Mercosur, de reorientar hacia sus objetivos económicos y comerciales originales, sin descuidar lo social, tuvo eco favorable en Argentina, Brasil y Uruguay y halló una posición marcadamente distinta en Bolivia y Venezuela que, sin oponerse a esto, ratificaron ayer a través del presidente Evo Morales y la canciller Delcy Rodríguez, respectivamente, que el proceso de integración tiene que ser además político. “La integración exige el componente político”, resaltó el mandatario boliviano.
“La integración también supone ideología”, destacó la ministra de la República Bolivariana, para resaltar que la ideología indica el modelo de integración que se quiere y el cómo hay que relacionarse.
De manos de ambos interlocutores quedó reinstalado el debate de si el Mercosur no debería trascender la orientación netamente económico-comercial que enfatiza Paraguay y que cada vez tiene menos objeciones.