Diómedes Villalba, de 49 años, oriundo de Encarnación, se crió con sus abuelos maternos, luego de que sus padres se hayan separado. Su madre murió hace dos años.
En medio de su rutina y recorridos diarios por la playa San José, don Tito, como se lo conoce, relató a Última Hora que vive en una humilde casa en el barrio Arroyo Porã, del distrito de Cambyretã, con cuatro de sus cinco hijos: uno de 14, otro de 16, otro de 18 y uno de 20. Su hijo de 30 años está radicado en Buenos Aires, Argentina.
Don Tito comentó que el sueldo que percibe por su labor lo destina, en su totalidad, a mantener a su familia e incluye la escolaridad de tres de sus hijos que aún siguen asistiendo al colegio.
Indicó que con la colaboración de sus hijos, quienes lo ayudan cuando pueden, logra cubrir sus gastos diarios. “Con el sueldo mínimo mantengo a mi familia, a veces mis hijos hacen algunos trabajitos y así vamos”, añadió.
Anteriormente trabajó como mozo en restaurantes de la zona, pero por motivos de salud y el horario nocturno tuvo que renunciar al puesto. En la actualidad, realiza labores de mantenimiento y limpieza de la mencionada playa encarnacena.
Fue durante esta labor que encontró una billetera con USD 1.500 y G. 600.000 en billetes.
Si bien podía quedarse con el dinero y pagar sus cuentas, dijo que no sería lo mismo, y que hacer lo correcto le dio tranquilidad. “Si no entregaba iba a pagar igual mis cuentas, pero no iba a quedar bien, porque mi conciencia me iba a trabajar porque no es algo correcto”, admitió.
Pero no es la primera vez que Don Tito toma la decisión correcta. En una ocasión, comentó, encontró un celular y sin dudarlo lo devolvió a su dueña. Indicó que también encuentra cada tanto billetes de G. 50.000, G. 20.000, G. 10.000 o 100 pesos, pero nunca una cantidad muy alta.
Su sueño
Don Diómedes, quien no ocultó su alegría ante todo lo sucedido, indicó que su sueño de construir una casa propia está cada vez más cerca, ya que su buena acción fue premiada con un terreno. La ciudadana Aurora López se conmovió al conocer la historia y la honradez del trabajador y le ofreció como premio un terreno y una heladera.
“Ahora ya tengo el terreno, ya hay oportunidad de tener una casa, entonces de a poco vamos a prepararnos para la casa, eso es lo que quiero”, manifestó.
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El funcionario además recibió un reconocimiento de parte del intendente de la ciudad, Luis Yd, por su gesto de honestidad como funcionario público. El premio consiste en un ascenso en su lugar de trabajo y un aumento de sueldo. Además, un concejal le ayudó a pagar las cuotas de su motocicleta.
Por último, don Tito remarcó que siempre seguirá con su valores y principios, ganándose la vida trabajando de forma honesta.