Julio Javier Ríos (ANR), el principal promotor de la iniciativa –debido a que pertenece a un correligionario y amigo suyo, Daniel Fernández, vicepresidente de una seccional colorada–, señaló que es simplemente la modificación de dos palabras que están en la ley que crea el ISPA. Cambiar la palabra educación por salud.
“De ninguna manera vamos a aprobar o desaprobar carreras, que es un proceso administrativo que está en manos del Cones (Consejo Nacional de Educación Superior) y la Aneaes (Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior), que son las instituciones encargadas de estos procesos administrativos”, argumentó el diputado.
EN CONTRA. Por su lado, y como única voz disidente, se manifestó la liberal Esmérita Sánchez, titular de la Comisión de Salud, quien expresó su preocupación con relación al documento, mencionó el auge de mala praxis en los centros médicos y señaló que en gran medida se debe a la mala formación de los profesionales en instituciones educativas que no cumplen con los requisitos establecidos para su funcionamiento.
Dijo que de acuerdo al informe de la Aneaes, el ISPA no cuenta con carreras acreditadas ni en proceso de acreditación.
Ante esto, la legisladora no solicitó el rechazo del proyecto, pero planteó modificaciones. Su propuesta fue acompañada por el colorado Bernardo Villalba, pero finalmente se impuso la propuesta de Ríos.
Otra institución que fue reconocida y sin inconvenientes es el Instituto Superior de Formación Tributaria y Empresarial, propiedad de Nora Ruoti.
Ambos proyectos de ley cuentan con media sanción y pasan a consideración de la Cámara de Senadores.