21 jul. 2025

Devotos se niegan a regresar a casa sin el agua del Ykua

Al costado de la explanada se quedaron a dormir en familia, los Duarte. Con el cansancio a cuestas, tras peregrinar desde Coronel Oviedo a pie participaron en la misa del último día del novenario y pasaron como es tradición por el Tupãsy Ykua, porque no pueden volver a casa sin llevar el agua de la Virgen. “Hasypa, pero mba’e jajapóta ñande syrendape jaju (Nos duele todo, pero qué vamos a hacer, venimos junto a nuestra madre), expresó Margarita Duarte luciendo sus pies sin ampollas con orgullo.

Agua que cura.  El contacto con el líquido vital que llega desde el Ykua es un aliciente para los fieles devotos de la Virgen.

Agua que cura. El contacto con el líquido vital que llega desde el Ykua es un aliciente para los fieles devotos de la Virgen.

Los peregrinos manifestaron que aunque la llegada implicó cansancios, volverán libres, casi volando a casa aunque lo hagan en colectivo porque pagaron todos sus pecados. Prometieron volver en el año 2016 para renovar sus promesas y llevar mucha agua bendita del Pozo de la Virgen por si acaso. “Ro’u, rojepychi, roñohemba orerógare (tomamos, nos friccionamos y derramamos a la casa), explicaron al hablar de las utilidades del agua de la Virgen.

SANADORA. Las propiedades sanadoras del Ykua son milagrosas, según los peregrinos. El Pozo de la Virgen está ubicado en el antiguo Ykua Rivas, que fue convertido por el fervor popular en el segundo sitio más concurrido de la capital espiritual ya desde la época de la Guerra de la Triple Alianza.

El pozo comenzó a apellidarse de la Virgen, gracias a una devota llamada Carlota Ozuna Aponte, una fiel creyente de la Inmaculada Concepción, quien llegó al lugar después de finalizar la Guerra Grande, proveniente de Villa del Rosario.

Se ubicó en ese sitio y ahí los niños veían las apariciones de la Virgen. Desde entonces, el lugar es visitado obligatoriamente por los devotos.