23 jun. 2025

Desde hambre hasta acoso soportan las paraguayas domésticas en España

Acosos laboral y sexual son los flagelos que denuncian compatriotas que realizan labores del hogar en España. Connacionales nucleadas en organizaciones luchan por reivindicar dicho trabajo desvalorizado.

Penurias.  Revelan que las trabajadoras sufren triple discriminación por ser migrantes, mujeres y empleadas domésticas.

Penurias. Revelan que las trabajadoras sufren triple discriminación por ser migrantes, mujeres y empleadas domésticas.

Pasar hambre porque las porciones de alimentos solo fueron compradas para los patrones, acoso sexual, estar disponible las 24 horas para prestar el servicio laboral a cambio de un bajo salario. Estas son algunas penurias que –revelan– pasan las mujeres paraguayas que trabajan en España.

Después de Argentina, el país europeo se ha convertido en el destino más oportuno para buscar un mejor horizonte para cientos de paraguayos. El precio de una estabilidad económica significa para ellos, además de atravesar precariedades laborales, estar lejos de la familia y la tierra que los vio nacer.

De acuerdo al Consulado paraguayo, en España existen cerca de 69.000 compatriotas. En su mayoría son mujeres, quienes en un 90% se dedican a tareas domésticas, cuidar ancianos o niños con una remuneración y trato no acordes al esfuerzo que representa desarrollar estas labores claves.

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“En España las leyes de extranjerías nos colocan a los inmigrantes como ciudadanos de segunda clase. También hay mucha burocracia para conseguir papeles y eso implica tener que aguantar trabajos precarios y serviles, además de la presión de los jefes por el hecho de que están haciendo un supuesto favor por dar trabajo a pesar de no tener documentos”, comenta la paraguaya residente en Barcelona Diana Domínguez.

Diana cuenta que para el sexo femenino la situación es peor porque sufren de una triple discriminación por ser mujer, inmigrante y trabajadora doméstica.

Irónicamente, los compatriotas que debieron abandonar el país, por la falta de oportunidad laboral, representan uno de los principales motores de la economía paraguaya. Las remesas desde España, hasta el mes de setiembre fueron de USD 202 millones, siendo el primer mayor origen de envío de divisas desde el exterior. En segundo lugar se posiciona Argentina, con USD 94,7 millones, hasta el noveno mes, según el Banco Central de Paraguay (BCP).

Realidades. Cuando tenía solo 18 años, Diana fue a vivir al Viejo Continente. Su primer empleo fue en el hogar de una persona de la tercera edad, por lo que tenía que estar pendiente las 24 horas. “El día que pedí aumento salarial porque consideraba que ganaba muy poco para estar disponible todo el día y la noche, me dijeron que no, por eso renuncié. Luego trabajé en otra vivienda en la cual tenía que realizar desde la limpieza hasta cuidar a los niños. Cuando logré tener mis documentos empecé a buscar otros rubros”, comenta la mujer que actualmente es integradora social.

Diana forma parte de la organización Pan y Rosa, nucleación que se encuentra en varios países y lucha por la igualdad. También conforma un pequeño grupo de paraguayas que son trabajadoras domésticas. Desde dichos espacios se encargan de realizar debates y actividades para buscar la reivindicación del empleo dentro de hogares, que no consideran como indigno, “lo que no es digno en realidad es el trato que se recibe”, subraya la inmigrante.

Dentro de dichos espacios, Diana dice que las principales quejas de compatriotas son los acosos sexual y laboral, flagelos que sueñan abolir. Para ello sostiene que no solo el Estado debe contribuir, sino también los empleadores que someten a una esclavitud moderna a mujeres migrantes que deben hacer de todo por poco.