La presencia de gran cantidad de basura en cursos de agua, calles y avenidas, así como en terrenos baldíos de la totalidad de los 13 municipios que conforman el vasto territorio de Asunción y la Gran Asunción es un problema insalvable que sobrevive a distintas administraciones comunales.
La contaminación de recursos naturales y la generación de un panorama de insalubridad por materias en avanzado estado de descomposición en las zonas urbanas, debido a la disposición irregular de desechos, es un factor que pone en riesgo la salud de miles de personas.
De acuerdo con un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 68% de la población metropolitana accede a una recolección relativamente sistematizada; mientras que el 32% restante no recibe un servicio profesional para deshacerse de sus residuos de manera adecuada.
Este porcentaje fue dado a conocer por el doctor Víctor Raúl Benítez, experto en déficit infraestructuralfísico y social del Paraguay, con estudio de presupuesto georreferenciado del déficit habitacional de cada distrito del país, quien indicó que en el segmento que no cuenta con retiro de sus residuos se plantea el problema de que los desechos son enterrados, se arrojan al cauce de un arroyo cuando llueve o se tira en calles de otros barrios.
Dijo que se valen de carriteros –quienes son un eslabón en la cadena de polución ambiental– para que lleven las bolsas que son arrojadas en esquinas oscuras o en cauces hídricos.
DATOS. Alrededor de 60 toneladas de desperdicios se producen cada mes en todas las comunas que conforman la Gran Asunción, a diferencia de la capital, donde el volumen llega a 800 toneladas por día en jornadas normales y trepa a las 900 o un millón de toneladas cada fin de año.
Si bien no hay cifras oficiales, se estima que unas 35 toneladas de basura quedan regadas en la vía pública o flotando en las contaminadas aguas de ríos y arroyos.
La puesta en marcha de un eficiente servicio de recolección en el área metropolitana, junto a la construcción de una red cloacal y de plantas de tratamiento de efluentes precisa de una inversión de USD 1.846 millones, puntualizó Benítez.