18 abr. 2024

De Tocqueville a Piketty

Por Guido Rodríguez Alcalá

En 1831, el historiador y politólogo francés, Alexis de Tocqueville, viajó a los Estados Unidos para estudiar las instituciones del país. El resultado de sus estudios se recogió en un libro clásico, La democracia en América. Este afirmó que en ningún país del mundo existía la igualdad existente en los Estados Unidos; que la igualdad no solo era económica, sino también cultural. No existía una aristocracia tradicional con una gran fortuna heredada. Había una considerable igualdad de oportunidades para las personas activas y capaces.

Tocqueville admitía la existencia de la esclavitud y la injusticia en el sur de Estados Unidos, pero confiaba en el triunfo del sistema igualitario. La democracia será el ideal político del siglo XX, donde habrá dos potencias mundiales: Rusia y Estados Unidos; la segunda terminará por imponerse. Para un libro cuyo primer tomo apareció en 1835, es una asombrosa anticipación.

Otro francés, Thomas Piketty, ha publicado hace poco El capitalismo en el siglo XXI, para convertirse en una celebridad internacional a los 42 años. Aun siendo un libro de economía de 700 páginas, tuvo un récord de ventas en Amazon. En parte, el éxito se debe a que, aun abordando cuestiones técnicas, lo hace de modo accesible a un lector cualquiera (como yo, que lo tengo en versión electrónica). En parte, a que es un gran libro, según la crítica de los principales periódicos. En parte, a que va contra una corriente dominante, pero rechazada: basta con crecimiento económico para que haya mayor igualdad, prosperidad y democracia.

No, dice Piketty; así como están las cosas, marchamos hacia una mayor desigualdad, no fundada en la capacidad y laboriosidad, sino en privilegios. Esta desigualdad económica atenta contra los valores y sistemas democráticos, y es necesario corregirlo. ¿Cómo corregirlo? Con un sistema impositivo progresivo, que cobre más al que gana más; no es justo que se graven solamente el consumo y los salarios, mientras se exonere de impuestos a los beneficios producidos por las acciones de las grandes empresas.

Piketty no está de acuerdo con la política seguida por muchos países: atraer capitales ofreciendo rebajas impositivas; esto crea una competencia que favorece a las multinacionales, permitiéndoles pagar menos impuestos a las que más ganancias tienen. Lo que hay que hacer es lo contrario: ponerse de acuerdo, a nivel internacional, para crear un sistema impositivo mundial, que impida una mayor concentración de la riqueza y el desarrollo de paraísos fiscales. En resumen, la solución debe ser política, porque la economía sola no puede regularse ni corregirse a sí misma. ¿Cómo? El mismo Piketty admite que será difícil, pero se lo debe intentar.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.