La comunidad coreana celebra el 53 aniversario de la llegada de los primeros inmigrantes de este origen a Paraguay. Desde su arribo, en 1965, los coreanos se abocaron al trabajo como una forma de adentrarse en la sociedad paraguaya, con el montaje de pequeños almacenes de barrio, de tiendas de diversos rubros en el Mercado 4 de Asunción, o la venta de ropas casa por casa.
Hoy, la Asociación Coreana del Paraguay estima que esta comunidad cuenta con alrededor de 6.000 miembros, con la segunda y tercera generación totalmente adentrada en la sociedad paraguaya, incluso, mediante la conformación de familias mixtas, es decir, hicieron pareja con paraguayos/as.
La segunda y tercera generación de coreanos afincados en Paraguay decidieron ir más allá y hacer apuestas más ambiciosas, y dar el gran salto de los almacenes de barrio a emprendimientos económicos de gran porte.
Prósperos. Uno de los miembros destacados de esta comunidad es Gustavo Koo, actual presidente de la Asociación Coreana del Paraguay, y principal referente en materia de responsabilidad social empresarial. Se desempeña como gerente general del Grupo Las Tacuaras SA, cuya actividad principal es la producción de huevos, con la marca Nutrihuevos.
Su empresa familiar se encuentra en plena expansión, con dos nuevas unidades de negocio: Organitec, productora de fertilizantes a base de gallinaza; y Táva, una desarrolladora inmobiliaria orientada a la clase media.
Educación. Para Gustavo Koo, el gran salto que dieron muchos miembros de la comunidad coreana al gerenciar grandes empresas se basa más que nada en la educación de alta calidad a la que tuvieron oportunidad de acceder los hijos de los primeros inmigrantes llegados al país.
“Nuestros padres llegaron al Paraguay muy pobres, por lo que muchos de ellos tuvieron que recurrir a lo único que sabían hacer, que era el comercio, fue así que montaron las primeras despensas en los barrios o se dedicaron a vender ropa. El factor común entre todos ellos fue que invirtieron todo el dinero ganado en la educación de sus hijos”, alega Koo.
El empresario, nacido en Paraguay, destaca que cuando se unen bagajes como la educación superior de calidad, el amor al país y las condiciones para quedarse y aportar, se hace menos difícil el camino para ser exitoso, tanto como empresario o como profesional en cualquier campo.
“No hablamos solo de empresas que otorgan fuentes de trabajo, sino de una camada muy importante de profesionales de origen coreano, que hoy están trabajando y hacen su valioso aporte a la sociedad y a la economía paraguaya”, concluye Koo.