En el análisis en el entorno presidencial, según trascendió ayer, tuvieron que admitir que el apoyo a figuras desgastadas y cuestionadas fue lo que llevó al sabor amargo de la derrota y causó el efecto negativo para la Asociación Nacional Republicana en estos comicios.
“Creo que el Partido Colorado aprobó un examen bastante difícil, pero, no obstante, ha salido airoso. La ANR sigue siendo el partido con mayor volumen de influencia política en Paraguay (sic)”, aseguró el novel ministro de Defensa, Diógenes Martínez, al hacer un primer análisis de los resultados electorales.
El secretario de Estado hizo estas afirmaciones ayer, luego de una reunión con el jefe de Estado, con quien –según aseguró– no hablaron de las elecciones.
Los casos más emblemáticos de la derrota colorada se dieron con aquellos candidatos que buscaban la reelección, como Arnaldo Samaniego (Asunción), Heriberto Mármol (Mariano Roque Alonso), Édgar Quintana (Fernando de la Mora) y, quizás el más controvertido, Roberto Cárdenas (Lambaré).
Este candidato generó una fuerte polémica e inclusive es investigado por la Justicia por hechos de corrupción en el manejo de fondos del Fonacide. Su debacle comenzó con la caída del techo de una de las aulas del Colegio Nacional de Lambaré sobre un grupo de alumnos, hecho que le costó la primera imputación.
Aunque no lo hizo abiertamente con Cárdenas, Cartes fungió de jefe de campaña y marcó presencia en varios de estos municipios, inaugurando obras a fin de apuntalar y dar el apoyo tácito a las cuestionadas candidaturas.
En Asunción, además de la desgastada figura de Samaniego, se sumó para el fracaso la división entre colorados.
El oficialismo tampoco llegó a despegar en zonas polémicas como el caso Salto del Guairá, en donde Cartes mantuvo una reunión con los dirigentes.
El fracaso en Encarnación y María Auxiliadora fue un golpe más bien para el vicepresidente Juan Afara y los líderes regionales como Luis Gneiting.
Pero pese a estas derrotas, el primer anillo del jefe de Estado hace un análisis más global con una visión más positiva y luego de conocerse los resultados oficiales y los votos que cada partido logró a nivel país, marcarán una nueva línea de discurso dentro del oficialismo.