El agente del Ministerio Público explicó además que otra joven, quien además es hija adoptiva de la pareja, de iniciales K. L., de 17 años, declaró ante el fiscal y esta mencionó que fue ella quien auxilió a “su hermana” y la trasladó hasta el centro asistencial de Yhú. En el trayecto, Carolina le mencionó que fue “su papá”, quien la golpeó. “Me dijo que mi papá la golpeó”, declaró.
La joven explicó que a la víctima ya la vio mal y que estaba preocupada por su situación, hasta que luego le dieron la peor noticia. Agregó que a ella sus padres adoptivos nunca la maltrataron, pero que sí eran rigurosos con ambas y no pensó que todo esto iba a ocurrir.
El fiscal también convocó a una de las vecinas de la familia Ferreira Melgarejo, donde vivía Carolina Marín, de nombre Ada Meza, quien tiene su casa detrás de la residencia de la pareja.
Según Chamorro, ese día la testigo Ada Meza escuchó gritos y corridas por toda la casa, presume que sería Carolina, ya que era una voz juvenil. No vio nada, ya que la muralla es muy alta y no se podía observar.
Meza alegó ante la Fiscalía que era un secreto a voces que la familia tenía como esclava laboral a la menor, hasta altas horas de la noche se la veía realizar los quehaceres.
La hermana mayor de la víctima, Angelina Marín, en comunicación con la 730 AM pide que se haga justicia y que el culpable pague por el crimen de su hermanita, a quien no la veía hace años y que juntas estaban en un hogar porque sus padres eran alcohólicos.