“El proyecto tiene que ver con la capacitación local de guías turísticos y culturales. Ahora se encuentra en etapa de finalización para ver cómo se financiará. Tenemos información de que Vapor Cué, por ejemplo, recibe los fines de semana más de mil visitantes, pero no tienen respuesta en término de guías. En este lugar hay una historia que contar, al igual que en los otros sitios históricos”, señaló el ministro.
Indicó además que la idea es que los habitantes de los lugares, sobre todo donde se desarrollaron las batallas de la Guerra del 70, respondan a esa necesidad que tienen los turistas.
“Queremos que se haga de la manera más profesional, si es posible que el guía hable en varios idiomas, para que todos entiendan y puedan valorar el lugar y de paso reciban una compensación económica por dicha actividad”, comentó durante una conferencia de prensa para informar sobre trabajos desarrollados en los campos históricos de la Guerra Grande.
Acosta Ñu. El campo de batalla fue declarado como Patrimonio Natural, Cultural y Arqueológico; sin embargo, hasta el momento no se ha podido realizar una prospección arqueológica, en la finca donde se realiza la extracción de arcilla –pobladores denuncian que aún se encuentran vestigios de la guerra–, ya que se trata de una propiedad privada y la dueña no accedió al diálogo con la SNC, informaron.
Actualmente, la intervención se encuentra en manos de la Fiscalía de la ciudad de Eusebio Ayala que todavía no inicia la investigación.
Por su parte, el investigador Carlos Von Horoch comentó que de acuerdo con estudios, en el campo de batalla de Acosta Ñu, los niños que estuvieron en el combate no recibieron órdenes de enfrentarse al enemigo, más bien estaban en retirada, dirigiéndose a Caraguatay, pero fueron alcanzados por el aliado.
Expuso que fueron exterminados de la manera más cruel, al igual que las mujeres, quienes como los infantes formaban parte de trabajos logísticos.
ABAY. El historiador Fabián Chamorro, parte de la comitiva que realizó la investigación en el lugar, explicó que la batalla no se desarrolló en la ciudad de Ypané como se tenía entendido, sino que en Villeta, dado que se encontraron vestigios determinantes en los alrededores del casco urbano, de acuerdo con los trabajos técnicos realizados.
“Inclusive la última etapa de la lucha, en la que los paraguayos prácticamente fueron ya fusilados, fue dentro de lo que hoy es el ejido urbano de Villeta, que en la época todavía era a dos kilómetros del pueblo”, refirió Chamorro.