23 abr. 2024

Amor e hipocresía tras las rejas

Por Fernando Boccia Torres – fernando-boccia@uhora.com.py

Por Fernando Boccia Torres –  fernando-boccia@uhora.com.py

Por Fernando Boccia Torres – fernando-boccia@uhora.com.py

En Paraguay, las lesbianas presas no pueden recibir visitas privadas de sus parejas. Un episodio más a añadir a la larga historia de discriminaciones cometidas desde el Estado a cualquier persona considerada diferente. La postura del Gobierno en defensa de esta prohibición resultó, cuanto menos, rebuscada: tuvieron que desempolvar una ley de la dictadura stronista para justificar la medida y justificarse a ellos mismos.

Ante el reclamo de las reclusas, canalizado a través de la organización Aireana y el Mecanismo de Prevención de la Tortura, las autoridades penitenciarias afirmaron que el Ministerio de Justicia –entre ellas la ministra Bacigalupo– no quiere discriminar a nadie y se limita a cumplir una ley de 1970, que habla “de visitas privadas del sexo opuesto”.

El problema del Gobierno es que su argumento “legal” se desmorona no solo ante la Constitución Nacional –con la cual a partir de 1992 todos los ciudadanos gozamos de igualdad de derechos– sino también con el Código de Ejecución, la ley que actualmente rige el sistema penitenciario y ya no hace distinción entre heterosexuales y homosexuales para estas visitas. Incluso el mismo reglamento interno del funcionamiento de las privadas, vigente desde el 2012, establece que no habrá “ningún tipo de discriminación”.

El Ministerio de Justicia simplemente no desea que las lesbianas reciban visitas conyugales y esto responde a las convicciones personales de las autoridades de turno, no a una ley de hace 46 años. Se trata de una posición ya asumida desde hace tiempo por el Poder Ejecutivo y por la mayor parte de un Poder Legislativo aún sumido en las cavernas.

La intolerancia es un denominador común en los ministerios y, en general, en la clase política paraguaya. La única diferencia entre unos y otros es su vehemencia y sinceridad: algunos abiertamente insultan desde sus curules a los homosexuales y otros prefieren escudarse en leyes arcaicas para segregarlos.

El caso de las presas del Buen Pastor es un recordatorio de la necesidad de una ley contra toda forma de discriminación. Paraguay es el único país de esta parte del mundo que no cuenta con legislación de este tipo, a pesar de que la Carta Magna compromete al Estado a tenerla. La única forma en que avancemos a la modernidad es garantizando día a día la pluralidad, la igualdad y el derecho a ser distintos unos de otros. El tiempo demostrará inexorablemente quiénes se posicionaron en el lado equivocado de la historia y castigaron la diversidad.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.