Al Gumarelo le dio la victoria por un lado la genialidad de Antonio Bareiro, autor de dos goles, y por las buenas tapadas de Rodrigo Muñoz para mantener la ventaja.
El Albinegro aprovechó su momento y anotó los dos tantos y eso que en ese lapso Rubio Ñu estaba manejando bien las acciones y sin muchos sobresaltos.
Hugo Lusardi envió un zurdazo y el portero Rodrigo Muñoz, de Libertad, realizó una estirada sensacional para tocar el esférico y sacarlo al córner.
La picardía de Bareiro fue determinante, porque ganó todos los balones a ras del piso y también por aire. Cuando el delantero, autor de los tantos para los liberteños, tuvo que dejar el campo, minutos antes de la conclusión de la primera parte, los zagueros ñuenses aplaudieron.
MÁS CAUTELOSO. Libertad jugó en la segunda parte mucho más lejos del área rival, mas las veces que el adversario tuvo el balón trataron de recuperar en el menor tiempo posible. Maximiliano Lugo ingresó y movió a todos sus compañeros. Le dio una gran mano a Hugo Lusardi, quien se constituyó el futbolista que generaba fútbol desde el medio para sus compañeros de adelante.
El Gumarelo tomó sus precauciones y buscó llegar por el sector derecho. Sí los zagueros Pedro Benítez y Adalberto Román tuvieron más trabajo, porque sacaron de cabeza todos los pelotazos que llegaron al área.
Maxi Lugo, con un disparo de zurda, lo puso a un paso de la paridad a Rubio Ñu. El propio Lugo después probó en dos ocasiones nuevamente y respondió con mucha solvencia el arquero Muñoz.
El fútbol de Libertad no tiene mucho brillo, empero, cuando tienen las ocasiones los albinegros aprovechan muy bien. Rubio Ñu tiene un lindo argumento futbolístico y su déficit está en la carencia de profundidad.
Libertad tuvo una equilibrada actuación, porque en el medio trató bien el balón, golpeó en los momentos justos. Cuando tuvo que defender el resultado hizo con solvencia.