Por Wendy Marton
@WendyMarton
Pago de servicios públicos y privados, compra de minutos para celulares, hasta el abono de tributos internos y aduaneros, hoy todas estas operaciones y muchas más son posibles a través de la banca electrónica.
¿Significará esto el fin de la estructura física de los bancos tal y como los conocemos hasta la actualidad? ¿En cuánto tiempo dejarán de existir sucursales físicas adonde acudir para hacer alguna gestión? ¿Qué pasará con los empleados bancarios?
Las preguntas se suceden al mismo ritmo que avanza la tecnología. Tanto para el gerente general de Banco Familiar, César Barreto, como para Mario Sangenis, superintendente de Operaciones y Tecnologías de Banco Itaú, la tecnología no acabará con el sector financiero, pero sí cambiará la forma en que los clientes operan a través de las entidades bancarias.
Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), el 58% de los adultos en Paraguay utilizan algún tipo de producto financiero formal o comercial para gestionar sus finanzas del día a día. Este número se debe principalmente a la fuerte presencia de cooperativas y proveedores de dinero móvil, que en conjunto llegan al 40% de la población. Agrega que al menos 28% de los adultos reportaron haber utilizado dinero móvil en 2014. Entretanto, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), a noviembre del año pasado, en nuestro país había 7.412.303 clientes de telefonía móvil, de los cuales se estima que alrededor de 3 millones se conectan a internet.
BANCA MÓVIL. Para Barreto, la banca celular o banca móvil se está desarrollando aceleradamente en los últimos dos años en nuestro país y seguirá con esta misma tendencia en los próximos años, en la medida en que los clientes tengan cada vez mayor acceso a los smartphones y a la transmisión de datos móviles a bajo costo, así como vayan ganando confianza en la seguridad en las transacciones que puedan realizar a través de los teléfonos inteligentes.
Barreto cree que en la medida en que los clientes adopten masivamente el celular como un medio de interacción con sus cuentas corrientes o de ahorro o sus líneas de crédito, y promuevan su utilización como un medio seguro para realizar compras, pagos, transferencias, inversiones, etc., las transacciones bancarias y financieras irán migrando hacia los procedimientos de carácter electrónico.
Con ello, agrega, irán reduciéndose las transacciones con medios físicos, como el dinero en efectivo o los cheques o incluso de las tarjetas de débito o crédito. Esto implica menos necesidades de interacción física entre los clientes y los bancos, lo cual requerirá menos sucursales físicas de atención al público.
INNOVACIÓN. “Estas innovaciones tecnológicas ya están siendo implementadas por algunas de las entidades bancarias, que han desarrollado sus propias aplicaciones para facilitarles el acceso y la interacción a los clientes con los distintos productos y servicios, y es notable la manera en la cual crecen las transacciones financieras a través del celular. En este sentido, el Banco Familiar ha sido pionero en otorgar créditos de manera totalmente móvil, desde la solicitud del crédito hasta el desembolso del mismo”, añade.
El director de Banco Familiar considera que los servicios financieros son una necesidad muy importante para las personas y en la medida en que el país vaya creciendo, estas seguirán avanzando a un ritmo importante.
“La prestación de estos servicios financieros va desarrollándose cada vez más en un enfoque de multicanalidad, entre sucursales, banca telefónica, internet, banca celular, etc. Las personas tienen todas estas opciones de interacción y de transaccionalidad e irán seleccionando aquellas que les resulten más convenientes, en términos de calidad, eficiencia, rapidez, facilidad y costo”, menciona.
Barreto sostiene que el crecimiento de los servicios implica además que irán generándose nuevas oportunidades de empleos, un poco diferentes de los actuales en términos de perfiles, de conocimientos y especialidades.
Por ello, refiere, aparte de saber orientar al cliente y del conocimiento de servicios financieros, será necesario que el empleado bancario del futuro amplíe sus conocimientos con respecto a las distintas tecnologías, para asesorar adecuadamente a los clientes.