14 may. 2024

VIDEO: SOBREVUELO EN LA ZONA DEL INCENDIO

El fuego ya consumió más de 1 millón de hectáreas en todo el territorio. Un sobrevuelo por las zonas afectadas muestra la crítica situación que se vive en estos momentos. VIDEO ÚH

incendio foto

FOTO: Archivo Última Hora

Viernes/14/SETIEMBRE/2007

Era cerca del mediodía cuando el avión pasó sobre los bosques subtropicales del Canindeyú. El calor que subía inquietaba dentro de la cabina y provocaba pozos de aire que atormentaban la tarea de nuestro fotógrafo y un camarógrafo de Telefuturo.

La densa humareda que se divisaba entre la bruma que nos acompañaba desde Asunción era sobrecogedora. La reserva del Mbaracayú y la reserva indígena aché de Kuêtuvy (las que preservan uno de los últimos remanentes de la rica biodiversidad de la mata atlántica) seguían incendiándose progresivamente.

A varios kilómetros de distancia del foco más importante ?situado en la zona de Ñandurokái? había otro menos denso y finalmente uno muy pequeño, todos sin conexión. Esta misma dispersión de las quemazones veríamos a lo largo del recorrido por otros 3 departamentos, reforzando la teoría de la Fiscalía de que gran parte de los incendios fueron provocados por intereses que irían desde el rozado para cultivo, pasando por un mejor brote de pasto ganadero hasta facilitar la extracción furtiva de madera por los rollotraficantes, incluidos los marihuaneros.

A medida que la nave descendía, el aire enrarecía por el monóxido de carbono de la combustión vegetal y animal. A través de todas las ventanillas del bimotor el paisaje se volvía cada vez más desesperante.

De los verdes bosques quemándose íbamos pasando a miles de kilómetros de pastura arrasadas y a unas serranías calcinadas: las del Mbaracayú en el Amambay. La vegetación que cubría las laderas estaban totalmente calcinadas. Mientras en las hondonadas y valles eran visibles los rastros de ceniza de lo que alguna vez fueron centenarios árboles que no pudieron morir de pie a causa del fuego. Y las selvas restantes poco a poco eran sofocadas por una espesa humareda que cubría cientos de kilómetros arrastrada por el viento, sin pausa, superando ampliamente el millón de hectáreas de zonas incendiadas, según el Poder Ejecutivo.

Del otro lado, hacia el oeste de la Región Oriental ya no quedaban áreas que quemar y el fuego “quedó controlado"´, como repite el Gobierno.

San Pedro (el departamento más pobre del país) y Concepción, al norte, buscan sobreponerse de las ruinas provocadas por las llamas y la tardía reacción de las autoridades nacionales.

Durante casi 3 horas de sobrevuelo, la desolación era la única expresión posible.

NADA SERÁ IGUAL

“En los lugares en que ya no arde el fuego porque ya no queda nada que pueda quemarse”, comentaba uno de los pilotos que nos acompañaba. Su expresión guardaba un sentimiento común que se extendió en el país en los últimos días ante la inacción del Gobierno que después de 15 días de denunciarse la gravedad de las quemazones decidió declarar emergencia nacional.

En el país, después de la envergadura que cobró el incendio de pastizales y bosques nada será igual. La ganadería estará pofundamente afectada así como la recuperación ?si se logra? de la vida silvestre. Los ambientalistas aún no lograron evaluar la pérdida, aunque es previsible que el daño tendrá secuelas a futuro.