Para que los servicios públicos tengan una mejoría y sean de buena calidad, se necesitan funcionarios competentes, para lo cual no alcanza solo con regulaciones estrictas, sino con un sistema de buenas prácticas que garantice como eje central de una eventual reforma a la meritocracia.
A esa conclusión se llegó ayer en un debate realizado por la organización Desarrollo en Democracia (Dende), donde participaron César Barreto, ex ministro de Hacienda; Enrique Riera, senador y ex ministro de Educación; y Patricia dos Santos, empresaria y especialista en Recursos Humanos.
Para Barreto, la propuesta debe apuntar a institucionalizar y transparentar todos los concursos, eliminar la figura del contratado, establecer un plan de carrera con reglas claras y razonables y vinculada a una estructura orgánica. Recordó los casos del BCP y Hacienda, quienes lograron grandes resultados con cambios drásticos.
Enfatizó en que, con un régimen que genere los incentivos adecuados, los funcionarios podrán tener una perspectiva de desarrollo de su carrera sin tener que recurrir a padrinazgos.
Dos Santos, a su turno, consideró que el sector público es atractivo para quienes no quieren trabajar con presión y buscan estabilidad rápida, pero quienes tienen mayor ambición de crecimiento prefieren el sector privado, porque el aprendizaje y las exigencias son mayores. “Las personas que quieran hacer carrera en su vida profesional salen del sector público y se van al privado lo antes posible, porque piensan más en la empleabilidad y no tanto en la estabilidad como es en la función pública”, remarcó.
Finalmente, el senador Riera agregó que el sector público “es un poco la ley de la selva”, donde el que tiene más peso es el que mejor gana, por lo que es urgente que se empiece el diálogo en busca de cambios que permitan dar a la gente mejores servicios.
“Hay que tratar el sector público desmontando algunas cuestiones: ¿Es grande o es chico? ¿Sobra o falta? ¿Falta donde se necesita o sobra donde no se necesita?”, refirió.