Las copiosas lluvias caídas entre la noche del martes y el miércoles obligaron a la administración municipal a clausurar el tráfico por el lugar, debido al peligro que representa.
“La sequía que se había registrado había bajado el caudal del río, por lo que las empresas que están construyendo la ruta asfaltada cargaron con piedras y tierra el trayecto, dejando la balsa fija como un puente flotante, para el cruce de vehículos”, explicó el ex concejal Blas Rivas, poblador del lugar.
peligro para vehículos. La torrencial lluvia caída entre la noche del martes y el miércoles de la presente semana desmoronó en parte la tierra y expuso un peligro el cruce para los vehículos debido a la pendiente resbaladiza, por lo que la administración de la Municipalidad de Ñacunday dispuso la clausura temporal del paso de los rodados, por esta razón actualmente los conductores de vehículos deben desviar unos 100 kilómetros por caminos alternativos, para cruzar de sur a norte o viceversa.
“Clausuramos porque era muy peligroso pasar por ahí. Creo que prontamente vamos a habilitar otra vez, pero gracias a Dios el puente se va a habilitar, creo que el miércoles, (30 de marzo)”, informó ayer Rafael Ramírez, intendente municipal de la localidad.
La balsa es del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), pero es administrada por la Municipalidad local, que cobra un canon por cada vehículo que utiliza el servicio.
corredor de exportación. El Municipio es uno de los beneficiados por la construcción del Corredor de Exportación, denominación dada a la ruta Paraguay 07 que está entrando en etapa de conclusión para unir la zona sur de la Región Oriental, que abarca localidades de los departamentos de Itapúa y el de Alto Paraná.
En la zona se utilizaban balsas para el transporte en los ríos Ñacunday, Yacu’í y Yacu’í Guazú, de los cuales en la actualidad solo queda la balsa del río Ñacunday, ya que en los otros cauces hídricos ya se están cruzando por el puente construido por las empresas contratistas del MOPC, de acuerdo con lo revelado por los moradores.
Desde la instalación de la balsa en el río Ñacunday se registraron varios accidentes, con la caída de vehículos con carga y en uno de los casos con pérdidas de vidas humanas.
Los antecedentes dan cuenta del fallecimiento de cuatro miembros de una familia en el año 2013, cuando un automóvil que estaba sobre la balsa fue a parar en el cauce con sus ocupantes. Luego de este accidente la Prefectura Naval del Este ordenó el amarre de la balsa, porque no cumplía con los requisitos para su habilitación, que obligó a la Comuna a poner en condiciones la embarcación y sus tripulantes.