Hoy meditamos el Evangelio según san Juan 10,27-30. El papa Francisco, a la hora del Regina Coeli en el IV Domingo de Pascua del año pasado, dijo: “¿Pero quién es Cristo sanador? ¿En qué consiste ser sanado por él? ¿De qué nos cura? ¿Y mediante qué maneras?”, se preguntó el obispo de Roma ante miles de fieles y peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro.
“Encontramos la respuesta a todas estas preguntas en el Evangelio de hoy, Jesús dice: Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas”, añadió el Papa, haciendo hincapié en que esta autopresentación de Jesús no puede reducirse a una simple sugerencia emocional sin ningún efecto concreto; ya que “Jesús sana siendo un pastor que da vida. Dando su vida por nosotros”.
El Pontífice puso en relevancia el enorme valor que tiene cada una de nuestras vidas ante los ojos de Dios: “Jesús le dice a cada uno: tu vida es tan valiosa para mí, que para salvarla yo doy todo de mí mismo. Es precisamente esta ofrenda de vida lo que lo hace el buen Pastor por excelencia, el que sana, el que nos permite vivir una vida bella y fructífera”, añadió Francisco.
El Papa también resaltó cómo el propio Evangelio nos dice en qué condiciones Jesús puede sanarnos y puede hacer que nuestras vidas sean felices y den frutos abundantes: “Yo soy el buen pastor, conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen, como el Padre me conoce y yo Conozco al Padre”.
“Jesús no habla de un conocimiento intelectual, sino de una relación personal, de predilección, de ternura mutua, un reflejo de la misma relación íntima de amor entre Él y el Padre. Esta es la actitud a través de la cual se realiza una relación viva y personal con Jesús: dejándonos conocer por Él”.
“Él está atento a cada uno de nosotros, conoce nuestro corazón profundamente: conoce nuestras fortalezas y nuestras debilidades, los proyectos que hemos logrado y las esperanzas que fueron decepcionadas. Pero nos acepta tal como somos, nos conduce con amor, porque de su mano podemos atravesar incluso caminos inescrutables sin perder el rumbo”.
Estamos llamados a conocer a Jesús : … A su vez, Francisco señaló que también nosotros estamos llamados a conocer a Jesús: “Esto implica buscar un encuentro con Él, que despierte el deseo de seguirlo abandonando las actitudes autorreferenciales para emprender nuevos senderos, indicados por Cristo y abiertos a vastos horizontes”.
En cambio, “cuando en nuestras comunidades se enfría el deseo de vivir la relación con Jesús, de escuchar su voz y seguirlo fielmente, es inevitable que prevalezcan otras formas de pensar y vivir que no son coherentes con el Evangelio”, concluyó el Papa invitando a todos a buscar la intercesión de la Virgen María, para que ella nos ayude a conocer Jesús.
El Sumo Pontífice manifestó que “… Él nos llama a participar en su relación con el Padre, y esta es la vida eterna. Jesús quiere establecer con sus amigos una relación que sea el reflejo de aquella que Él mismo tiene con el Padre: una relación de pertenencia recíproca en la confianza plena, en la íntima comunión”.
“Para expresar este entendimiento profundo, esta relación de amistad, Jesús utiliza la imagen del pastor con sus ovejas: él las llama y ellas reconocen su voz, responden a su llamado y lo siguen”.
“Esta parábola es hermosísima. El misterio de la voz es sugestivo: desde el vientre de nuestra madre aprendemos a reconocer su voz y aquella del papá; por el tono de una voz percibimos el amor o el desprecio, el afecto o la frialdad”.
“La voz de Jesús es única. Si aprendemos a distinguirla, Él nos guía por el camino de la vida, un camino que supera también el abismo de la muerte”.
“Esto nos ayuda a comprender el misterio de la vocación, especialmente de las llamadas a una especial consagración. A veces Jesús nos llama, nos invita a seguirlo, pero quizás sucede que no nos damos cuenta que es Él”.
(Frases de https://www.vaticannews.va y https://www.pildorasdefe.net).