Responsables en la caridad

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Hoy meditamos el evangelio según san Lucas 17:1-6 . Pocas expresiones tan fuertes del Señor se encuentran como las que leemos en el evangelio de la misa de hoy. Dice Jesús: Es imposible que no vengan escándalos; pero ay de aquel por quien vienen. Más le valdría ajustarle una piedra de molino y arrojarle al mar, que escandalizar a uno de esas pequeños.

Escandalizar es hacer caer, ser causa de tropiezo, de ruina espiritual para otro, con la palabra, con los hechos, con las omisiones. Y los pequeños son para Jesús los niños, en cuya inocencia se refleja de una manera particular la imagen de Dios.

Pero también son esa inmensa muchedumbre, sencilla, menos ilustrada y, por lo mismo, con más facilidad de tropezar en la piedra interpuesta en su camino. Pocos pecados tan grandes como este, pues tiende a destruir la mayor obra de Dios, que es la redención, con la pérdida de las almas: da muerte al alma del prójimo, quitándole la vida de la gracia, que es más preciosa que la vida del cuerpo, y es causa de una multitud de pecados.

El papa Francisco, a propósito de la lectura de hoy, dijo: “Auméntanos la fe”. Es una hermosa súplica, una oración que también nosotros podríamos dirigir a Dios cada día. Pero la respuesta divina es sorprendente, y también en este caso da la vuelta a la petición: “Si tuvierais fe...”. Es Él quien nos pide a nosotros que tengamos fe. Porque la fe, que es un don de Dios y hay que pedirla siempre, también requiere que nosotros la cultivemos. No es una fuerza mágica que baja del cielo, no es una dote que se recibe de una vez para siempre, ni tampoco un superpoder que sirve para resolver los problemas de la vida. Porque una fe concebida para satisfacer nuestras necesidades sería una fe egoísta, totalmente centrada en nosotros mismos. No hay que confundir la fe con el estar bien o sentirse bien, con el ser consolados para que tengamos un poco de paz en el corazón. La fe es un hilo de oro que nos une al Señor, la alegría pura de estar con Él, de estar unidos a Él; es un don que vale la vida entera, pero que fructifica si nosotros ponemos nuestra parte.

(Frases extractadas de http://www.homiletica.org/francisfernandez/franciscofernandez0491.htm y https://es.catholic.net/op/articulos/63694/cat/331/a-creer-se-aprende-creyendo.html#modal).

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