El Congreso había sancionado el proyecto la semana pasada y remitido al Poder Ejecutivo.
El presidente Mario Abdo empezó a conversar con sus asesores para definir qué camino tomar en medio de la crisis sanitaria y la presión política que está teniendo por parte de los intendentes.
La Cámara de Senadores había aceptado los cambios introducidos por Diputados a la propuesta que establece el redireccionamiento del uso de los recursos destinados originalmente para la ejecución de obras viales en los distintos municipios.
La versión sancionada por el Congreso Nacional establece que, por única vez en el 2020, se redistribuirán los royalties de la siguiente manera: 40 por ciento de los recursos sean destinados a la compra de kits de alimentos e insumos médicos, 40 por ciento a gastos corrientes y hasta el 20 por ciento a gastos de capital.
Estos recursos serán manejados por los municipios y las gobernaciones que deben priorizar los comercios de la zona para la adquisición de víveres para las familias vulnerables así como la compra de productos sanitarios.
Estos fondos no se podrán utilizar para la contratación de personal hasta finalización del periodo en diciembre de este año.
Los legisladores que dieron media sanción argumentaron que esta modificación servirá para movilizar la economía local y generar la descentralización de la ayuda estatal que sufrió muchos problemas con el primer programa Ñangareko impulsado por la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN).