En su ausencia, la gran incógnita es si el vacío lo ocupará el autoritarismo o un nuevo sistema democrático, apuntalado en el sentimiento de comunidad e interdependencia que revive ahora.
Su libro, que coescribió con Nick Srnicek, revolucionó en 2015 la izquierda al argumentar que hay que dejar al capitalismo sucumbir a su propio impulso y al tiempo promover la total automatización de la economía, acabar con el trabajo como lo conocemos e implantar un salario básico universal y una democracia participativa e igualitaria.
El problema: El monopolio del éxito del capitalismo acabó con la capacidad de las sociedades de pensar en un futuro alternativo. Con la pandemia se abre la posibilidad de un mundo nuevo. “Estas oportunidades pueden usarse para fines oscuros y no sería extraño ver el resurgimiento de autoritarismos tras la pandemia, con el uso de tecnología biométrica, por ejemplo, algo que sería una tentación por la necesidad de control en la crisis. La importancia es cómo tomamos control de nuestro futuro y lo orientamos en la dirección correcta”, dice.
Consultado sobre qué mundo dejará la crisis, Williams afirmó que “es difícil saber qué rumbo tomará la sociedad tras la pandemia, ya que sería solo una primera oleada”, y sostuvo, además, que queda claro que “tendremos varios años de crisis económica y sanitaria”.
“En esta crisis los cambios pueden avanzar muy rápido en cualquier dirección. La mayoría de los Gobiernos europeos respondieron con seriedad a la hora de intervenir. No fue así con EEUU. Se podría decir que estas intervenciones (en la economía) muestran que la caída del capitalismo, que el sector financiero no puede dirigir la actividad económica con eficiencia, cierto hasta un punto”, argumenta el politólogo.
SALARIO UNIVERSAL. Para Williams, los Gobiernos tomaron control de la situación y así “apoyar a un gran número de personas de manera no vista antes, como son las propuestas de salario básico universal”.
Agrega que “el diablo está en las propuestas adoptadas”, que demuestran que “se espera que el modelo tradicional de trabajo regrese, se optó por la regulación de empleo temporal y la congelación económica. Se intentan evitar cambios profundos”. Afirma, además, que la crisis actual refleja la “crisis del neoliberalismo”, que vive un desmoronamiento y asegura que implantar el salario básico universal sería un peligro político, ya que sería difícil quitarlo después.
Se intentan evitar cambios profundos. Se espera que el modelo tradicional de trabajo regrese, ya que se optó por regular el empleo temporal.