“El proceso inicial fue lento porque debía adentrarme plenamente en el pensamiento de Quino y rescatar la idea sin perder la ironía, el humor, la sagacidad, la capacidad de interpelación”, detalla María Gloria Mburucuya, al comentar sobre los trabajos de traducción al guaraní de las historietas, llevadas adelante por ella.
“Me sentí desafiada y al tiempo muy feliz”, expresa al tiempo de destacar que esa labor “constituía una excelente oportunidad para demostrar todas las capacidades del guaraní”.
Mburucuya recuerda que junto a Vidalia Sánchez, directora de la editorial Servilibro, conoció a Quino en el 2017, durante la presentación de los dos primeros tomos de la colección, en Argentina. “Apenas podía creer que lo tuviese tan cerca. Me tomó de las manos y me agradeció”, destaca al comentar que Quino le pidió que le enseñe cómo decir gracias en guaraní. “Le resultó difícil la pronunciación y entonces me pidió una palabra más sencilla. Le dije que había un saludo general que es ‘maitei’, así lo repitió y luego saludó así a los que lo rodeaban. Fue un momento impresionante”, rememora.