Louis Vuitton no pierde su esencia

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Louis Vuitton, que organizó su desfile en las galerías del Palacio del Louvre y que al ritmo de una música electrónica con melodías barrocas puso sobre el escenario una nueva versión de las crinolinas: Un armazón geométrico en faldas, chaquetas y vestidos para dar una forma ahuecada, similar al antiguo guardainfante. Fue como un baile de máscaras, con exageradas gafas, chaquetas de terciopelo, vestidos de encajes, pantalones de satén y larguísimas capas, aunque en términos generales fue una línea un tanto oscura para tratarse de una colección primavera-verano 2022. El diseñador de la firma, Nicolas Ghesquière, es conocido por sus siluetas triangulares, con hombros marcados y pantalones tipo cigarrillo o sus minifaldas rígidas con corte sesentero. Vuitton transformó una de las galerías en la sala de los espejos de Versalles, llenando con ellos las paredes y colgando del techo lámparas de cristal.

Con un gran afiche que decía “sobreconsumo igual extinción”, apareció en pasarela un militante de un movimiento internacional contra el cambio climático.

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