06 jun. 2025

La crisis de la educación superior

Por Sergio Cáceres Mercado – caceres.sergio@gmail.com

Universidades que venden títulos, carreras no aprobadas, alumnos que compran notas, políticos pudientes que reciben becas. Estas son algunas de las informaciones negativas que nos llegan desde el ámbito de la educación superior y que nos dan mucha pena, nos preocupan y dan que pensar.

Es llover sobre mojado mencionar cuán importante es una educación superior de calidad para el desarrollo.

Ciertamente hay una esperanza. Ahora que el Consejo Nacional de Educación Superior (Cones) está organizando unos congresos regionales que desembocarán en un gran congreso nacional de educación superior, el objetivo es delinear políticas concretas que de una vez por todas ayuden a fortalecer nuestra endeble educación superior.

El sistema que el Cones propone para estos congresos es bastante conocido. Se consulta a todos los actores involucrados en el sistema de educación superior, quienes a partir de seis ejes van diagnosticando problemas, sugiriendo soluciones y otros asuntos. Toda la información que se recaude será tratada en el congreso final, del cual deberá salir un documento con políticas concretas.

En estos años de democracia, los estudios sobre la situación universitaria y de los institutos superiores suman un número grande; en este sentido se puede decir que nuestra educación superior se encuentra sobrediagnosticada. De ahí que pueden verse a estos congresos del Cones como un gasto innecesario.

Sin embargo, el que todos los estamentos sean partícipes de lo que luego serán las acciones concretas a seguir servirá como base legitimadora, lo que es muy importante a la hora de justificar tales acciones. Se puede dudar acerca de la sinceridad con que las autoridades efectuarán las políticas que surjan de los congresos, pero tampoco podemos permitirnos tanto pensamiento negativo cuando nuestra educación necesita de confianza y esperanza.

Sangre, sudor y lágrimas costó sacar la Ley de Educación Superior que ahora está vigente. Roguemos por que lo que resulte de los congresos no tarde tanto tiempo en efectivizarse. Intereses políticos y económicos siempre habrá, y serán las principales trabas. Pero ya vemos a qué situación nos ha conducido la politización de nuestras universidades e institutos.

La cultura de la mediocridad que campea en nuestra educación superior, reflejo de lo que somos como sociedad, solo puede ser superada con un trabajo arduo, a largo plazo y mediante una toma de conciencia de lo medular que es para nuestro país el refundar el sistema educativo.

La venta de títulos, la imposibilidad de evaluar todas las carreras propuestas, la compra de notas, el clientelismo, son tan perjudiciales para todos los paraguayos, así como para la reputación de nuestras universidades e institutos superiores. Deseamos con todas las fuerzas que estos congresos que se están llevando a cabo sean el inicio de una política seria por parte del Estado hacia nuestra educación superior.