Reuters
BUENOS AIRES
El presidente argentino, Néstor Kirchner, dijo ayer que “defenderá" la eventual candidatura de su esposa para sucederlo y que la primera dama sigue subiendo en las encuestas, con lo que mantuvo viva la especulación de que no buscaría su reelección.
Néstor Kirchner mantiene una muy alta popularidad de más del 60 por ciento a cuatro años de haber asumido, y desde hace meses el mandatario juega con la idea de que sea Cristina Fernández la candidata oficial en las elecciones de octubre, un hecho que confunde a una oposición debilitada.
“Yo lo tengo muy claro: la voy a defender para que sea presidenta”, dijo Kirchner en declaraciones publicadas ayer por el diario Página/12. El diario interpretó la palabra “defender” como una señal de que hay un sector del gobierno que prefiere que él se presente a un segundo mandato.
“Crece en las encuestas y le va muy bien en el exterior”, agregó Kirchner al columnista político del diario Clarín.
En los últimos sondeos de intención de voto, Kirchner se ubicaba alrededor del 50 por ciento, mientras que su esposa, que es senadora nacional, se acercaba al 40 por ciento.
Esos datos impulsaron al gobierno a lanzar una campaña de posicionamiento de Cristina –o “La Kirchner” como se la conoce en el país– que incluye viajes al exterior y obligados primeros planos de su rostro durante actos políticos en la transmisión oficial.
En cada uno de sus discursos, Kirchner insiste con la idea de que podría ser “pingüino o pingüina” el candidato oficial –en referencia al origen patagónico de él y su esposa– pero no termina de confirmar cuál será la posición final.
En la oposición se encuentra Elisa Carrió, la líder de un partido de centroizquierda que hace años participa en política pero no logró darle fuerza nacional a su proyecto. Según recientes sondeos su intención de voto es del 13 por ciento.
Y el ex ministro de Economía de Kirchner, Roberto Lavagna, es la otra alternativa con una intención de voto cercana al 10 por ciento.
Ese escenario deja al matrimonio Kirchner navegando casi sin obstáculos hacia los comicios del 28 de octubre, con una economía que lleva cuatro años expandiéndose a un ritmo superior al 8 por ciento anual y con indicadores sociales en mejoría.
Críticas
Las críticas de la oposición al gobierno se focalizan en lo que creen es un discurso demasiado agresivo del presidente Néstor Kirchner, sus constantes ataques a la prensa y rasgos autoritarios.
Pero Kirchner se encarga casi a diario de responder a sus “enemigos” en cada una de sus apariciones públicas, una estrategia que según analistas logra que el gobierno comparta el espacio con la oposición en el debate de los temas sensibles, reduciendo así el impacto de las críticas.