El matrimonio de Fátima Valinotti y Antonio Rodríguez es un verdadero ejemplo de amor, respeto, perseverancia, tenacidad, renuncia y entrega. Celebrar sus 47 años de casados es solo una pequeña parte de la historia que han construido juntos durante más de 52 años.
Desde el primer día que se conocieron supieron que estaban destinados a estar juntos. A lo largo de los años fueron enfrentando desafíos que pondrían a prueba cualquier relación, pero su amor siempre fue saliendo fortalecido.
Fátima y Antonio se conocieron a los 15 y 20 años, respectivamente. “Yo estaba en el primero de la media del colegio cuando en la casa de unos amigos de mis padres, le conocí a un joven guaireño, estudiante del segundo año de veterinaria”, indicó al principio la mujer.
Con el paso del tiempo fueron afianzándose y forjaron un noviazgo que duró cinco años. “Luego con 20 años y Antonio con 26 años, decidimos casarnos en marzo del año 1977, en la Catedral de San Lorenzo, hace exactamente 47 años”, expresó.
Del fruto del amor nacieron sus tres hijos, Santiago, Rosmary y María Fátima, además dieron la bienvenida a sus ocho nietas, que menciona son la felicidad y alegría del hogar.
Bodas de amatista
Celebrar 47 años de casados es sumergirse en la profundidad y misterio de las bodas de amatista. Esta piedra, conocida por sus vibrantes tonos púrpura, refleja la riqueza y profundidad de un amor que va perdurando casi medio siglo. Cada pareja puede visualizar los recuerdos, retos superados y momentos compartidos. El 47 aniversario de bodas no es solo una cifra es un testimonio del compromiso y la pasión que sigue ardiendo con fuerza. Y tal es el reflejo de la pareja conformada por Fátima y Antonio.
“Al mirar atrás podemos visualizar un mosaico de recuerdos, en todos los colores y todos los retos superados siempre de común acuerdo entre los dos”, mencionó.
“Estos años son testimonios del compromiso con Dios, entre nosotros como matrimonio, con nuestros tres hijos, con los tres hijos de corazón y con nuestras ocho princesas que alegran nuestras vidas”, agregó.
La perseverancia y tenacidad de Fátima y Antonio se reflejan en cada etapa de su matrimonio. A lo largo de estos años trabajaron incansablemente, siempre apoyándose.
Ella es ingeniera agrónoma y él es médico veterinario. Sus profesiones se complementaron entre sí, y juntos decidieron abrir el primer Laboratorio de Diagnóstico Veterinario Privado en Paraguay, donde siguen trabajando en compañía de sus hijos y colaboradores.
En este mundo donde las relaciones a menudo son fugaces, el matrimonio de Fátima y Antonio es un faro de esperanza e inspiración. Su amor duradero y su compromiso inquebrantable son un recordatorio de que, con trabajo duro, comprensión y amor, cualquier relación puede resistir la prueba del tiempo. “Estamos a pasos de llegar a medio siglo de aniversario matrimonial y estamos más fortalecidos que nunca de seguir construyendo nuestra historia de amor con toda nuestra sagrada familia, unidos y rodeados de amor”, finalizó Fátima.
Que esta historia siga siendo un ejemplo para todos recordando la belleza y la fuerza del verdadero amor.