Hoy la economía depende de la salud

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La semana pasada el Poder Ejecutivo presentó al Congreso el proyecto de Ley del Presupuesto General de la Nación (PGN) para el año 2021.

El PGN es después de la Constitución Nacional la ley más importante de la República, porque en dicho documento se plasman por escrito y con números las políticas públicas que quieren impulsar los diferentes poderes del Estado.

En las campañas electorales y en los discursos políticos podemos escuchar frases como “vamos a crecer económicamente y generar empleo”, “vamos a reducir la pobreza y la desigualdad” y “vamos a combatir la delincuencia y la inseguridad”.

Pero las verdaderas intenciones de los gobernantes solamente pueden observarse en el Presupuesto enviado al Congreso, porque allí podemos ver qué sectores serán los beneficiados con el gasto público y qué sectores deberán soportar la carga de pagar los impuestos para financiar dichos gastos.

Para elaborar el Pre-supuesto en primer lugar deben definirse los “supuestos” que servirán de base para el mismo, y los “supuestos” más importantes son el crecimiento económico, la inflación y el tipo de cambio proyectado para el año siguiente.

En el Presupuesto 2021 presentado, se “estima” que el año que viene la inflación será de 3,8 por ciento, el dólar estará en promedio en 7.092 guaraníes y que la economía tendrá un importante rebote creciendo al 5 por ciento, luego de la caída de este año.

Estas estimaciones optimistas están basadas en un “supuesto” sanitario extremadamente incierto, cual es que la pandemia del Covid-19 que azota al mundo y a nuestro país, se irá apagando el año que viene.

Este “supuesto” es optimista teniendo en cuenta que las últimas noticias llegadas desde Europa nos indican que luego de que parecía controlada la pandemia, hay países como España que hoy están sufriendo una segunda ola de contagios, más grande que la primera, pero felizmente menos letal.

También hace solo unos días el principal responsable de la lucha contra el Covid-19 en los Estados Unidos –el prestigioso inmunólogo Anthony Fauci– dijo que el país norteamericano no volverá a la normalidad… hasta finales del 2021.

Con este nivel de incertidumbre sanitaria y con el tremendo impacto que las medidas de control de la pandemia tienen en la economía, debemos tomar con mucho cuidado y reserva las estimaciones económicas.

Esto pone un enorme manto de duda sobre la factibilidad de la realización del monto de los ingresos tributarios previstos en el Presupuesto, y por lo tanto, el Congreso tiene que ser extremadamente prudente en la aprobación de los gastos con los cuales se compromete el Estado.

Existe siempre el temor de que los sectores que desde hace mucho tiempo se benefician de los gastos del Estado, como son los políticos clientelistas, los sindicatos de empleados públicos y los empresarios proveedores del Estado, como es habitual, usen sus influencias políticas para mantener sus privilegios.

Por este motivo exhortamos a la clase política a que actuando con patriotismo -dejando de lado sus intereses electorales- aprueben un Presupuesto 2021 austero, para un año en que gran parte de los paraguayos seguirán sufriendo el terrible impacto económico generado por la pandemia que estamos enfrentando.

También exhortamos a la ciudadanía a estar alerta y activa, acompañando todo el proceso de aprobación del Presupuesto para que el mismo, además de austero, ayude a reactivar la actividad económica, a contener el aumento de la pobreza y a recuperar el equilibrio macroeconómico que hemos perdido.

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