Resulta innegable el impacto económico de la pandemia en todos los sectores de la sociedad. Muchas empresas tuvieron que achicarse, prescindir de parte de sus colaboradores y, en muchos casos, cerrar sus puertas de manera temporal o definitiva. Empresas de todos los tamaños se han visto afectadas negativamente por la pandemia en todos los países.
Las pequeñas y medianas empresas (pymes) parecen haber sido las más golpeadas por los efectos de la pandemia. “Cuando las empresas no pudieron cubrir los costos acumulados ante la caída de las ventas, fueron empujadas más allá de sus umbrales de supervivencia”, afirma Luis Felipe López-Calva, director regional del PNUD para América Latina y el Caribe, en un artículo en el que comparte importantes resultados de una encuesta realizada de manera conjunta con el Banco Mundial para medir cómo la pandemia ha afectado a las pymes de la región.
¿Por qué apoyar a este sector entre tantos otros que se vieron afectados con el impacto de la pandemia por Covid? Las pymes, y, en particular, las pequeñas empresas, han experimentado mayores caídas sostenidas de las ventas, así como han experimentado tasas más altas de cierres permanentes. La encuesta mencionada evidencia que es esencial trabajar para apoyar a las pymes en su camino de recuperación. Su relevancia es irrefutable: se estima que representan hasta el 99,5% de todas las empresas de la región, el 60% de la población empleada y el 25% del PIB. Además, es una fuente crítica de empleo y motor de prosperidad económica para tantas comunidades de la región.
Agenda 2030, ODS y sector privado
La Agenda 2030 es nuestra hoja de ruta común que busca promover un mundo mejor para todos, con menos desigualdades, más pacífico y próspero. Fue incorporada por 192 países miembros de la ONU y contempla el desarrollo social, ambiental y económico a través del logro de metas establecidas para 17 objetivos, comúnmente conocidos como los ODS. En Paraguay la Agenda 2030 está fuertemente alineada con el Plan Nacional de Desarrollo.
Los ODS abordan aspectos que hacen a las personas, la productividad, el planeta, la paz y las alianzas. Es la agenda más ambiciosa de todos los tiempos, pero es posible alcanzarla con la suma del esfuerzo colectivo de todos; no solo de los gobiernos, no solo de las Naciones Unidas, no solo de las y los ciudadanos. ¡Es un compromiso colectivo en el que cada uno tiene que hacer su parte!
El conocimiento, aplicación y promoción de los ODS en los diversos sectores de nuestra sociedad, especialmente dentro del sector privado, resulta una válida estrategia, una palanca para potenciar el motor económico. El crecimiento sostenible no solo de las personas a nivel particular, sino también de los negocios, es la clave para conducirnos hacia un mundo mejor, más resiliente e inclusivo. Convencidos de esto, el PNUD impulsa herramientas y metodologías para la aplicación de los ODS en el entorno empresarial, incentivándolos a promover el triple impacto: social, ambiental y económico.
Definitivamente, ningún gobierno en el mundo podrá alcanzar la Agenda 2030 solo, sin la fuerza e intervención del sector privado. Las pymes son actores prioritarios y estratégicos en este contexto; su crecimiento y fortalecimiento podría impulsar la recuperación económica sostenida en la región. Para ello, es imprescindible que los países desafíen y aborden las barreras estructurales a las que se enfrentan las pymes, como el acceso a la financiación, las inversiones en digitalización e innovación, las cargas regulatorias o los desafíos más amplios en el entorno propicio.
Queda clara la importancia fundamental de reforzar a las pequeñas y medianas empresas ante las crisis. Para ello es necesario invertir tanto en la resistencia y sostenibilidad, como en la productividad. Estamos en un momento muy delicado en el mundo entero. Reflexionar sobre el potencial productivo perdido de las pymes e identificar formas de impulsarlas hacia la reactivación, puede ser clave para la recuperación socioeconómica.