“Estoy feliz, era mi sueño y el sueño de todo Brasil. La final contra Alemania ha sido la mejor noche de mi vida. Mis familiares estaban en el estadio y todos los aficionados cantaban. Entramos en la Historia”, afirmó Felipe Anderson en declaraciones difundidas por medios locales.
El brasileño, que insistió mucho en julio para que el Lazio le autorizara para disputar los Juegos Olímpicos, agradeció a su equipo y destacó que ahora quiere centrarse en entrenarse.
“Estoy muy motivado y trabajé mucho en Brasil. Agradezco al Lazio por darme esta oportunidad y ahora solo quiero centrarme en el club y pensar en entrenarme bien desde hoy”, dijo.
Tras el triunfo olímpico, el extremo se puso a disposición del técnico Simone Inzaghi y destacó que ya está listo para el próximo partido de los “biancocelesti”, que será el sábado contra el Juventus.
“Si el técnico quiere, ya estoy listo para el partido contra el Juventus del sábado. Espero regalar una alegría a los hinchas del Lazio, todos queremos ganar”, aseguró.
Felipe Anderson, de 23 años, llegó esta mañana al aeropuerto de Roma y cuando salió todavía llevaba al cuello la medalla de oro ganada en Río.
El exjugador del Santos empezará desde esta tarde a trabajar con sus compañeros en el centro deportivo de Formello para preparar el difícil duelo del próximo sábado ante el Juventus, que ganó las últimas cinco ediciones de la Serie A (Primera División).
