Familias corrieron en la carrera por la vacunación en ex Aratirí

OPCIÓN. Muchos optaron por cerrar el negocio un rato y llevar a los hijos hasta el autódromo. EN CAPIATÁ. En el megavacunatorio se vivió esta semana una gran fiesta para llegar a la meta.

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A Adolfo Marecos le pareció una buena idea cerrar el negocio de la óptica por unas horas. Agarró las llaves del auto y junto a su esposa Irma Alicia Franco y sus hijos de 2, 5 y 13 años de edad subieron al auto para correr la carrera por la vacuna en la pista del autódromo Rubén Dumot, en el ex Aratirí.

El negocio puede esperar, la salud no. “Como hay poca gente y como estamos con los niños, aprovechamos. El trabajo tuvimos que cerrar. Tenemos una óptica. Entre los dos tenemos que venir sí o sí, venir de a uno es doble gasto”, contó Adolfo, quien tenía como copiloto a su hijo de 13 años, que se encargaba de cebar el tereré. Uno de los hijos quedó al cuidado de la abuela, porque ya no cabía en el auto, relató la madre.

Ellos viajaron desde Asunción hasta Capiatá y aprovecharon la descongestión del autódromo, uno de los centros de vacunación que tiene liberada la terminación de la cédula de identidad para la inmunización, junto a otros más de 18 vacunatorios. La familia no contrajo la enfermedad en este periodo de la pandemia. La meta es seguir con las medidas sanitarias para evitar el contagio del Covid-19.

Irma Franco estaba emocionada, –dijo–, pero cree que las dosis llegaron tarde al país. “La vacuna llegó un poco tarde, a mucha gente ya le llevó este virus. Para mí que llegó tarde, pero bueno. Hay que aprovechar ahora que tenemos”.

EN DOS RUEDAS

La pista del ex Aratirí no solo albergó a los autos, sino a las familias que optaron por formar la fila en moto. Como el caso de los hermanos Gavilán, Fernando y Emilia, que solo viven a cuadras del autódromo.

Con la liberación de la cédula de identidad, los hermanos pudieron llegar a la meta juntos para la vacunación.

“Nos animamos con mi hermana. Desde el principio nos quisimos vacunar”, expresó.

En la carrera por la vacunación, Mirta Medina, su marido Eusebio Saldívar, y sus hijos Esteban y Brian, acudieron desde Areguá hasta el vacunatorio del ex Aratirí con la esperanza puesta en la vacuna anti-Covid. Esta familia perdió a una integrante a causa de la enfermedad y padecieron el Covid. “Es importante vacunarse y seguir cuidándose. Se siente mucha felicidad. Perdimos a mi suegra”, dijo Mirta Medina.

Tomasa Ortiz, padeció Covid-19, por lo que tuvo que posponer la vacunación. Tras pasar el tiempo recomendado, la semana pasada recién pudo acceder a la dosis. Ella y Zunilda Ortiz viajaron desde J. Augusto Saldívar acompañados de Ángel Espínola y Natalia Ortíz, que aún deben esperar por que no cumplen aún con el rango etario. “Por fin llegó el momento. Estamos muy emocionadas”, dijo Tomasa.

Del control médico pasaron al autódromo

Liliana Álvarez y Alberto Trinidad madrugaron para una consulta de su hijo en el Hospital Calle’i, pero tras ver la poca fluencia en el megavacunatorio, aprovecharon la ocasión para recibir la primera dosis. Desde Itauguá viajó la familia y pararon un rato para recibir la vacuna. “Es mucha alegría y emoción recibir la vacunación, al ver tanta gente que falleció y que tenemos la oportunidad de vacunarnos”, señaló Liliana.

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