Sus restos son velados en la Funeraria Paraná (Rodríguez de Francia casi Parapití). Su sepelio está previsto para el domingo a las 10 en el Cementerio Recoleta.
El artista tiene en su haber unas 700 esculturas distribuidas por distintos puntos del planeta.
Su esposa, Miriam Abed, contó que hasta sus últimos días Báez Rolón le dedicó su vida a lo que más amaba, y le duele que el Gobierno nunca haya valorado todo lo que él hizo por el país.
“Dios le dio a mi esposo unas manos maravillosas.
A los 7 años ya hizo su primera escultura. Le gustaban los temas históricos. La mayoría de sus obras fueron donadas y vivíamos con lo justo, no le daba ni para pagar el seguro médico. Cuando estuvo enfermo fue a consultar al Hospital Barrio Obrero. El Gobierno nunca le dio una ayuda. En Paraguay no se valora a los artistas”, reclamó la viuda.
Las últimas obras que realizó el escultor nacido en Ñumí fueron para la Vicepresidencia de la República.
Tenía otras en la Presidencia y “nunca recibió una carta de agradecimiento del Gobierno”, destacó Abed.
La viuda expresó con mucha tristeza que le hubiera gustado que el artista fuera homenajeado por todo lo que hizo por su país, ya que siempre recibía propuestas para ir al extranjero pero las rechazaba porque “amaba el Paraguay”.