Robert Aaron Long, que insinuó durante los interrogatorios que padece “adicción al sexo”, “afirma haber actuado sin motivación racista”, explicó un responsable de la policía local en conferencia de prensa, precisando que el joven había “asumido su responsabilidad” por los tiroteos.
Los tres ataques fueron perpetrados el martes en un contexto de crecientes preocupaciones entre la población estadounidense de origen asiático, que denuncia un alza de las agresiones racistas en su contra.
Long fue detenido tras una persecución, unos 240 km al sur de Atlanta, capital del estado de Georgia.
El joven es sospechoso de haber atacado primero un salón de masaje asiático a unos 50 km de Atlanta, donde los servicios de emergencia encontraron cuatro muertos y dos heridos. Por este primer ataque, la oficina del sheriff acusó a Long de cuatro cargos de asesinato y uno de asalto agravado, según los medios estadounidenses. Más tarde, abrió supuestamente fuego en otros dos salones de masajes cercanos a la ciudad, dejando otras cuatro víctimas. “Al llegar, los agentes encontraron dentro a tres mujeres muertas por disparos” en el primer salón de masaje. “Mientras seguían allí, los policías fueron informados de otros tiros efectuados del otro lado de la calle”, donde hallaron a otra mujer fallecida, precisó la policía en un comunicado enviado a la AFP.
El presidente Joe Biden aseguró que la violencia contra personas de origen asiático es muy “preocupante”.