Confundido primero, nervioso después, el arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, inició su homilía en la mañana de ayer, justo en el momento en que una manifestación llegaba hasta la Catedral exigiendo el juicio político para el presidente Mario Abdo Benítez y su vicepresidente.
Al ver llegar a los manifestantes, Valenzuela pidió a los presentes en la misa un aplauso. Mientras intentaba iniciar su homilía, se escuchaba el grito de los manifestantes. Esta situación incomodó a Valenzuela.
Sin embargo, a indicación de una persona que estaba al frente, inició nervioso su homilía, mientras continuaban las consignas en uno de los costados. Unos minutos después los manifestantes se habían retirado del sitio para continuar con la protesta por las calles del microcentro capitalino.
Luego de la retirada del grupo, Valenzuela había entrado en la parte más fuerte de su homilía, en la que alertaba sobre los oportunistas y se refería a la necesidad de buscar una salida a la crisis.
RECLAMO. Ese no fue el único impasse para el arzobispo. Al volver de la procesión realizada hasta el Oratorio de la Asunción, dos ciudadanos escracharon a Valenzuela.
“¡Cómplice de los corruptos!”, “¡tome postura, señor, así como defiende a pedófilos!”, exigían a gritos al religioso los manifestantes, desde varios metros de distancia.
La policía procedió a la detención de Cándido Alberto Brizuela, de 53 años, y Sebastián Fabián Schiavo Alonso, de 63 años, que forman parte de Ciudadanos Autoconvocados Comisión Escrache (CACE).
Ambos fueron llevados a la Agrupación Especializada. Esta dependencia policial se había convertido en punto de detención masiva entre la noche del 30 de marzo y la madrugada del 1 de abril del 2017, fechas de la quema del Congreso y la muerte del dirigente liberal Rodrigo Quintana.
La detención preventiva fue ordenada por el fiscal Eugenio Ocampos Rodríguez, bajo la figura de perturbación de la paz pública.
CRÍTICA. “Volvemos a tiempos oscuros”, expresó Aidé Vera, una de las manifestantes. Comentó que los detenidos fueron maltratados. “Los obligaron a mantenerse de rodillas mientras les lanzaban improperios de todo tipo, seguramente para quebrarles. Fue una detención arbitraria la de nuestros compañeros, un mensaje claro de que quieren dispersarnos. Volvemos a tiempos oscuros, pero no es extraño porque el presidente (Mario Abdo) viene luego de esa época. Vamos a seguir movilizados”, indicó.
Desde su cuenta de Twitter, la senadora del Frente Guasu Esperanza Martínez expresó su molestia ante la medida. “¿Qué lo que significa perturbación de la paz pública? ¿Reclamarle al arzobispo que la Iglesia no se pronuncia sobre el juicio político? ¿Pedirle que la Iglesia tome posición en favor del pueblo? Yo espero que el propio arzobispo pida la liberación de estas personas inmediatamente”. Unas horas después, los detenidos fueron liberados. Sin embargo, el proceso sigue abierto.