Clarisa Enciso
El pintar es un arte que ha sido parte importante de la historia desde tiempos inmemorables, es parte de la vida cotidiana, está en cada rincón de casa, de la ciudad y del mundo. Y ya lo dijo el pintor y grabador rusomexicano Vladys: “El pintor no usa palabras, usa materiales, trabaja el sentimiento con la mirada y el cerebro. El color es un lenguaje, como la música”.
POR AMOR AL ARTE
El amor y la añoranza por volver a pintar y un golpe duro durante la pandemia hacen que bajo el lema “cuando uno se propone se puede llegar a mucho”, nazca Chucho Rembiapo, de la mano de Christian González. La pandemia trajo consigo grandes cambios para todos los sectores y uno de los más afectados fue el de eventos en el cual se desenvolvía Christian. “La pandemia me afecto muchísimo en mi rubro como profesional en el mundo decorativo y organización de eventos, estuve casi un mes y medio sin trabajo”, relata.
REINVENTARSE
La pandemia hizo que muchas personas salgan de su zona de confort y esto llevó a Christian a preparar artesanías, postres, dulces caseros, comidas típicas, todo con la ayuda y motivación de su madre doña María Esmilda Cantero, quien es su mayor inspiración y soporte, al igual que su padre ya fallecido. “Desde que empezamos, ella es la mentora y es la llamada directora de Chucho Rembiapo”, indica.
La motivación y conversación con sus familiares fue el puntapié inicial para que volviera a su primer amor, la pintura. Sentado en su patio, bajo un árbol de mango, montó su taller y dio rienda suelta a su imaginación. “Agarré una teja y la pinté con unos girasoles, lo publiqué en mis redes sociales y no pensé que iba a ser hoy en día algo tan importante en mi vida”, refirió y añadió además que este emprendimiento, aparte de ayudarlo económicamente, en lo personal lo sacó de una situación muy difícil. “Me devolvió las ganas de seguir en este mundo del arte y la decoración, es una gran satisfacción llegar a levantarse con lo que uno ama hacer”, sostiene.
PROCESO
El artista comparte que cada trabajo está hecho con amor y paciencia. Uno de los más pedidos son las tejas personalizadas. Le toma de uno a tres días terminar una teja o un cuadro complejo. “Generalmente lleva su proceso para que todo sea perfecto y también tiene mucho que ver el clima para poder terminar bien el trabajo”, indica y explica que los costos de estos trabajos, que tienen mucha inversión, dependen del material y el pedido realizado.
Christian invita a todos los lectores a no tener miedo a reinventarse, de seguir los sueños y, sobre todo, a creer en uno mismo. “El mensaje que les dejo como persona, emprendedor y profesional es que cuando uno se propone algo puede llegar a mucho, así lo comprobé yo con Chucho Rembiapo”, sentenció.
Para crear en casa
Christian González invita a todas las personas que gustan de pintar a dejar volar su imaginación con materiales que se pueden encontrar a la vuelta de la esquina. “Es muy práctico pintar las tejas con cosas básicas y pinturas sin mucha técnica. Podrían realizar paisajes de atardeceres que es lo más fácil de pintar”, menciona.
Los materiales a utilizar para una pintura serían las témperas y pintura al agua con los colores a elección, pinceles varios y un buen sellado de pinturas.
Lo ideal es pintar sobre una base lisa y usar diarios para evitar manchar la mesa y los pisos. Pintar con buena iluminación y, en especial, con sol es el secreto para la excelencia.