La mujer de 40 años, con 28 semanas de gestación, presentaba síntomas de cefalea y deterioro del estado de conciencia. Una tomografía detectó una lesión dentro del cerebro y con una resonancia magnética se descubrió que se trataba de un tumor que ocupaba todo el lóbulo frontal lado derecho y provocaba a la paciente edema cerebral, causándole deterioro en su estado de conciencia.
El médico neurocirujano Darío Díaz, del Dpto. de Neurocirugía de Clínicas explicó que ante las condiciones del caso se decidió coordinar con el equipo de ginecología, anestesiología y neonatología, para poder realizar la cirugía, que en principio sería la resección del tumor con monitorización fetal, a través de ginecólogos.
En el momento de la cirugía, la paciente se deterioró más, hubo compromiso del tronco cerebral, por lo que se decidió también por el tiempo quirúrgico, la exposición a la anestesia general y por el riesgo de presión del feto, interrumpir el embarazo con ayuda de los neonatólogos.
Con esto se pudo revertir la situación de extrema gravedad. ‘‘Fue algo que nunca habíamos hecho, pero ante la situación extrema tuvimos que realizarla. Todo se logró sin mayores complicaciones y el bebé se encuentra estable y la mamá también’’, destacó el Dr. Díaz sobre el caso.