En el inicio de la Semana Santa, el Papa llama a evitar sentirse solos

El papa Francisco invitó a aferrarse a la fe y a redescubrir que “la vida no sirve, si no se sirve”. Pidió a los jóvenes que miren a los verdaderos héroes, los “que se dan a sí mismos por los demás”

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Basílica de San Pedro. El Papa sostiene una palma durante la celebración litúrgica.

El papa Francisco dio inicio a los ritos de la Semana Santa con la celebración litúrgica de un Domingo de Ramos especial, pues tuvo lugar en el interior de la Basílica de San Pedro y no en la plaza vaticana, como es habitual, y no contó con fieles por la crisis del coronavirus.

El Papa ofreció una homilía en la que pidió a la gente que evite sentirse sola y se aferre a la fe en estos momentos de dificultad.

“Cuando nos sintamos entre la espada y la pared, cuando nos encontremos en un callejón sin salida, sin luz y sin escapatoria, cuando parezca que ni siquiera Dios responde, recordemos que no estamos solos”, expuso.

ÁNIMO. “Hoy, en el drama de la pandemia, ante tantas certezas que se desmoronan, frente a tantas expectativas traicionadas, con el sentimiento de abandono que nos oprime el corazón, Jesús nos dice a cada uno: ‘Ánimo, abre el corazón a mi amor. Sentirás el consuelo de Dios que te sostiene’”, añadió.

“El drama que estamos atravesando nos obliga a tomar en serio lo que cuenta, a no perdernos en cosas insignificantes, a redescubrir que la vida no sirve, si no se sirve. Porque la vida se mide desde el amor. De este modo, en casa, en estos días santos pongámonos ante el Crucificado, que es la medida del amor que Dios nos tiene”, dijo Francisco.

Acompañaron al Papa solo un reducido grupo de religiosos, que respetaron en todo momento la distancia de seguridad, y la liturgia se celebró en el altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro, y no bajo el baldaquino.

TEVÉ Y REDES. Esta será una Semana Santa particular que Francisco celebrará sin fieles y quienes quieran participar tendrán que hacerlo desde sus casas, a través de los medios de comunicación o las redes sociales.

La emergencia del coronavirus, que en Italia causó más de 15.000 muertos, obligó al Vaticano a adoptar medidas de prevención para evitar contagios y ya en marzo se decidió cerrar la plaza y la basílica vaticanas de forma temporal.

El pasado 27 de marzo, Jorge Bergoglio impartió una histórica bendición Urbi et Orbi –a la ciudad y al mundo– desde una plaza de San Pedro del Vaticano totalmente vacía de fieles, y esa imagen se ha repetido este Domingo de Ramos.

Aquel día, fueron llevados hasta el Vaticano la imagen de la Virgen Salus Populi Romani, que habitualmente se guarda en la Basílica de Santa María la Mayor, y el Cristo crucificado de la Iglesia de San Marcello, y ambos se colocaron ayer en el altar, pues se convirtieron ya en el símbolo de la oración del Papa para pedir que se erradique esta pandemia.

El interior de la basílica también fue decorada con algunos olivos y palmas.

VERDADEROS HÉROES. Francisco pidió a los fieles de todo el mundo que contacten al que sufre, “al que está solo y necesitado”. Y envió un mensaje especial para los más jóvenes: “Mirad a los verdaderos héroes que salen a la luz en estos días. No son los que tienen fama, dinero y éxito, sino son los que se dan a sí mismos para servir a los demás”.


Jornadas atípicas
La de este año será una Semana Santa diferente. Se canceló la misa Crismal del Jueves Santo en la que se bendicen los santos óleos. Francisco oficiará la misa de Jueves Santo, pero no el tradicional lavado de los pies. También habrá una misa el Viernes Santo, como el día anterior en el interior de la Basílica, pero el Vía Crucis se celebrará en la plaza de San Pedro y no en el Coliseo. Tampoco habrá fieles en la Vigilia Pascual del sábado ni en la misa de Resurrección del domingo, tras la cual Francisco impartirá la bendición Urbi et Orbi.


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