El entrenador Aborigen cargó el mismo con el cuerpo de bomberos y se fue a entregar en el lugar. “Estaba mirando la tele, aburrido en un atardecer de la cuarentena y nació un impulso de adentro. La señora contaba en el noticiero las dificultades que pasaban en Ypané, a 27 kilómetros de Asunción”, comentó Costas al diario Clarín de argentina.
Contó que habló con un par de amigos. Cruzó al supermercado que tiene enfrente del edificio donde vive y compró las mercaderías.
De primera necesidad. El profe Costas repartió alimentos como aceite, harina y otras yerbas en un asentamiento con necesidades, relata la nota. Asimismo, el DT no quería que se supiera sobre lo acontecido. A fin de cuentas, las donaciones no se hacen con fines publicitarios. No pudo ocultar su don de gente. “Muchos la pasan mal. Si yo puedo dar una mano, ¿cómo no lo voy a hacer?”, destacó el entrenador de 57 años.
Gustavo Costas lejos de su hogar de Benavidez, Provincia de Buenos Aires, Argentina, de su familia, extraña a su mujer Virginia y sus hijos pequeños, Giuliana y Joaquín. También, a Gonzalo, de su primer matrimonio. En Paraguay está con Federico, el mayor, quien también es su preparador físico.
Gustavo Costas, tuvo una carrera exitosa lejos de la Argentina. Supo conquistar títulos en Perú, Paraguay (Cerro Porteño 2005), Ecuador y Colombia. Jugó 15 finales. “Por eso se ganó el apodo del Mourinho sudamericano. Sólo el adiestrador portugués y el argentino dieron vueltas olímpicas en cuatro ligas diferentes”, destacó el diario Clarín.