Desesperado giro social de Santi

Bien posicionado o no, para el Partido Colorado el escenario no está fácil. Su principal referente afronta la peor crisis de su historia política y económica luego de las sanciones del Gobierno de los Estados Unidos que no paran de traer consecuencias, y esta tragedia de Horacio Cartes afecta al candidato y a toda la campaña de la Lista 1.

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La imposibilidad de cerrar de una vez por todas la novela interminable del préstamo que necesita el partido para financiarse en las elecciones y que los bancos no se animan a otorgar a nombre de una persona de riesgo, marcada en el ámbito financiero, quizá no sea el mayor problema para la cúpula pero, sin duda, las bases ya se resienten.

“Felices de aquellos que puedan tener columneros, porque tienen recursos”, lanzó con hartazgo la diputada cartista Del Pilar Medina, candidata a senadora, cuando en la sesión comenzó a hablarse de una pelea callejera entre colorados y liberales en San Antonio, mientras colocaban carteles en las columnas.

Algunos oficialistas comenzaron a pedir a Cartes que dé un paso al costado, mientras tanto, Santiago Peña ya no aparece con su presidente en los actos públicos. No solo los recursos son la dificultad, sino la imagen política del empresario que no descansa de los problemas.

Pero Santi también moviliza bastante a sus gestores de crisis y en este último tramo se tuvo que dar un giro notorio hacia lo social.

El economista siempre proyectó una imagen alejada de la gente, altiva y poco empática, además de con frecuencia diseñar las palabras más desafortunadas para una campaña. La última, su idea hacia la privatización de la salud, justo después de una pandemia que reveló la más grande vulnerabilidad de la población paraguaya y su punto más sensible.

Ahí es donde se dio el giro con apabullantes propuestas. Peña comenzó a dar gran énfasis en mejorar la salud y encarar reformas. Llegaron mensajes de texto a muchos ciudadanos en sus celulares con planes sobre guarderías gratuitas. De pronto, Santi está a favor del subsidio, propuso un aumento a Tekoporã para las familias vulnerables. Igualmente, prometió facilidad de acceso para la pensión de adultos mayores y hasta una “revolución de empleos”. El candidato colorado asegura que todo va a bajar de precio en su gobierno: combustible, gas y canasta básica de alimentos.

Este giro hacia lo social no es una coincidencia. Sobre todo en lo referente a salud pública, del lado contrario se encuentra una fortaleza. La ex ministra de Salud Esperanza Martínez tuvo una celebrada gestión y hoy lidera la rama sanitaria en el equipo de Efraín Alegre.

Igualmente, el colorado necesita generar mayor empatía con las necesidades de la gente, en un país carente de servicios públicos eficientes y con una gran reducción del poder adquisitivo que alcanzó el 40% en el último año. Las promesas están hechas, pero la realidad es que si no hay un cambio de modelo tampoco habrá ejecución posible.

Del mismo modo, esta necesidad de conexión con la gente también forma parte de la intención de disociar la imagen de Santiago Peña de la de Horacio Cartes, que no proyecta avances posibles, sino más bien temor e incertidumbre.

Es una tarea difícil. Cartes no es solo el mentor del candidato, sino fue quien le confió un ministerio, impulsó su afiliación a la ANR siendo liberal, financió sus campañas y, lo más importante, le pagó mucho dinero como asalariado. Si no imposible, el despegue será la tarea más difícil.

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