29 mar. 2024

“Desde los 12 años tenía como mi gran sueño llegar a ser peluquero”

Neri Ramón Sosa Penayo, un joven mbya-guaraní, se recibió como técnico capilar, cumpliendo su anhelo. Le gustaría tener su propio negocio y también más adelante ser docente para enseñar a otros jóvenes de su pueblo. Aquí la nota de la sección En primera persona del impreso de Última Hora.

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“Me gustaría enseñar a otros de mi comunidad lo que aprendí. Quisiera tener clientes famosos, por ejemplo, cortarle el pelo a Messi. Me gusta cómo juega y quiero conocerle”.

Foto: Renato Delgado.

Soy de comunidad Ovenia, distrito de Paso Yobái, Departamento de Guairá. Soy del pueblo Mbya Guaraní. Tengo 20 años. Mi familia está en mi comunidad.

Desde los 12 años mi sueño era ser peluquero. Le dije a mi mamá que era ese y ser cantante. Ella me dijo que tenía que tener fe, que tenía que estudiar.

Mi hermano mayor es peluquero también. Él fue el primero que me enseñó. Pero era con tijera nomás, no teníamos otras herramientas de peluquería. Por eso él ahora suele cortar algunas veces ahí en nuestra comunidad, él vive ahí, trabaja en la chacra. Por su cuenta nomás aprendió a cortar el pelo.

Cuando ya aprendí algunas cosas, le cortaba el pelo a algunas personas de nuestro pueblo. Me daban G. 10.000, G. 5.000.

Me interesó también estudiar, porque en Ovenia hay mucha gente y no hay peluquería. Hay una que está al lado de la terminal en Paso Yobái. Es una hora y media en colectivo para ir hasta allá y otra hora y media de vuelta.

En el pueblo de San Marcos, que está más cerca de nosotros, hay una peluquería. Pero ahí solo los sábados y domingos el señor trabaja. Entre semana está en otro lado.

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Forjando la realidad

Estoy hace un año en Asunción. Primero vine con mi cuñado. Trabajé con él en Luque, en la construcción. Ahí también empecé a estudiar barbería. Yo por mi cuenta nomás me fui al instituto privado para estudiar.

Yo vine acá a estudiar porque quería tener el certificado de peluquero. Trabajaba en la construcción entre semana y los domingos me iba al instituto a estudiar. Dos meses me fui y después ya no pude porque no tenía para pagar.

Yo llegué hasta el albergue de la Pastoral Indígena. Luego hablé con la señora Pelusa de Ruiz. Le dije a ella que quería estudiar y trabajar en peluquería. Ella me dijo que tenía un amigo que se llama Joseph. Después hablamos con él y me dijo que me vaya hasta su local sobre la calle Boggiani.

Yo me iba cada día para aprender rápido. Lo que me enseñó mi hermano me ayudó bastante.

Mis profesores ponderaban mucho que yo aprendía rápido, no podían creer que yo aprendía rápido. Yo no les conté que mi hermano me enseñó.

Yo entraba a las 8:30 y salía a las 11:30. A veces hacía cuatro cortes, algunos hacían uno en ese tiempo.

Hay diferentes clases de corte en barbería, algunos no me acordaba al principio pero luego sí. Aprendí también con los dibujos que se usaban como diseños.

Mis compañeros y profesores me apoyaban cuando estaba estudiando. Vamos Neri, vamos, fuerza, me decían.

Quisiera tener clientes famosos. Me gustaría cortarle el pelo a Messi, me gusta cómo juega. Quiero conocerle en persona Quisiera tener clientes famosos. Me gustaría cortarle el pelo a Messi, me gusta cómo juega. Quiero conocerle en persona

Tengo un compañero que se llama Fernando, él también trabaja con Joseph y también estaba en barbería. Él me decía eso. También una compañera que es mi amiga, Lucera. Ella también me decía: Fuerza Neri. Me decía que algún día iba a ser peluquero como Joseph también, famoso.

El profesor Luis, que me enseñó bien cómo hacer el lavado, me decía que iba a tener éxito y que le pida a Dios para tener trabajo. La directora de la academia de Joseph también me alentaba, como el profesor de barbería que se llama Ángel.

Me sentí muy emocionado cuando terminé el curso. Yo tengo dos certificados, de Técnico Capilar y de Barbería también.

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Su patria Chica

El camino para llegar a nuestra comunidad no es lindo. Es de tierra colorada y cuando llueve se clausura. En esos casos solo en moto se puede salir, apenas.

En nuestra comunidad nosotros no tenemos colegio. La escuela tiene hasta el sexto grado nomás. Algunos terminan el sexto y se van al pueblo de San Marcos, que está a 15 minutos a pie. Ahí hay colegio hasta el noveno. Luego se van a completar lo que falta en otro colegio.

Yo entré en un privado tres años. Luego me fui a otro colegio tres años también. En el privado todo se tenía que pagar.

En Ovenia tenemos agua potable y electricidad. Faltan viviendas, colegio y mejor camino.

El camino principal va por otro pueblo ahora. El colectivo que nos deja cerca tiene su parada a media hora de nuestra comunidad. Tres veces al día va por allá.

Entre los mbya guaraní hay muchos docentes. Hacen falta también peluqueros y otros profesionales. Me gustaría que otra gente de la comunidad estudie esta y otras cosas.

Somos seis hermanos nosotros. La mayor es docente. Una de mis hermanas también quiere venir para estudiar también esto de la peluquería, ella tiene 17 años.

Tengo un primo que quiere estudiar licenciatura en docencia. Por ejemplo, en el Indi hay becas, pero es de 500.000 nomás. No alcanza. Hay gente que dice que los jóvenes indígenas no quieren estudiar, pero no tenemos pues para pagar, no hay becas.

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Corte y vuelta

Yo pensé seguir esta profesión para ayudar a mi mamá, que está sola. Mi papá está en otra parte. Están tres hermanos menores con ella. Cuando trabajaba en la construcción le ayudaba mucho a mi mamá. Ahora quiero tener mi negocio y ayudarle a ella.

Quiero ir a mi comunidad para servirle a mi gente. Yo voy a hacer mi peluquería, estar ahí cuatro meses para aprender más y luego volver a trabajar acá en barbería. Esa voy a dejar a cargo de mi hermano.

Yo voy a trabajar en cualquier parte porque hay muchísima barbería. Hay un señor cerca del Mercado Cuatro que me dijo para trabajar con él. Pero me faltan las herramientas. Joseph me dio algunas herramientas y me dará una silla y un espejo de peluquería.

Quisiera tener clientes famosos. Me gustaría cortarle el pelo a Messi, me gusta cómo juega. Quiero conocerle en persona.

Tuve mucho apoyo de la gente de mi comunidad. Todavía no pude hablar con mi mamá, porque la batería de mi teléfono ya no funciona. Pero ya vieron la foto con mi certificado.

A mucha gente le agradezco. A la hermana Fidelina, la señora Pelusa, mis profesores, tíos, primos, compañeros, a Joseph.

Ahora ya no quiero ser cantante. Quiero ser docente y enseñar también a la gente de mi pueblo lo que aprendí. Ahora estoy feliz, ya cumplí mi sueño.

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