04 may. 2025

Desde el 2000, Paraguay mantiene una baja calidad de su democracia

En la medición de varios atributos de calidad democrática el país está entre los que no alcanzan aún los mejores índices del informe “El estado de la democracia en las Américas 2021”.

Pese a la pandemia por Covid-19, en la región de América Latina y el Caribe durante el 2020 y el primer semestre del 2021, el número de democracias no ha variado. La mayoría de ellas han desplegado una gran resiliencia frente a los efectos disruptivos de la crisis sanitaria que provocó la pandemia. Prácticamente todos los procesos electorales programados se celebraron en las fechas previstas o los comicios fueron aplazados legalmente. “Los parlamentos, los poderes judiciales y los medios de comunicación lograron adaptarse y seguir ejerciendo sus funciones de control, aun en medio de amplias restricciones”, es uno de los hallazgos del informe “El estado de la democracia en las Américas 2021”, preparado por IDEA Internacional, y en el cual el Paraguay aparece junto con El Salvador, Guatemala y Jamaica como los cuatros países que tienen bajo desempeño o calidad democrática baja.

En su marco conceptual el informe toma en cuenta varios índices que se centran en cinco atributos esenciales de una democracia saludable: gobierno representativo, derechos fundamentales, control de gobierno, administración imparcial y participación. Estos atributos se subdividen en 28 indicadores de calidad democrática que asumen valores que oscilan de 0 (puntaje más bajo) a 1 (puntaje más alto), según explicó Camilo Filártiga, oficial de Procesos Electorales del programa Paraguay de IDEA Internacional. Fue durante una mesa de diálogo con periodistas, el miércoles último.

“Paraguay exhibe una calidad democrática baja (desde el 2000), debido, principalmente, a la calificación obtenida en ciertos atributos monitoreados en el informe, como ser: control del gobierno, administración imparcial, garantía de derechos sociales e igualdad, mecanismos de democracia directa, entre otros”, explicó.

En tal sentido recordó los casos de corrupción pública en pandemia, la impunidad, la falta de independencia del Poder Judicial, el descontento con respecto a la calidad de los servicios públicos que aumenta y, a la vez, “el auge de las redes sociales, imprimen con velocidad las demandas sociales al Estado”. El Paraguay se destaca sí en un aspecto concreto en el tiempo analizado en cuanto a participación ciudadana, principalmente, las movilizaciones de las personas jóvenes y las mujeres en las protestas que tuvieron lugar en el país. En este aspecto también resaltan Colombia y Perú en el 2021.

HALLAZGOS. Según Filártiga, a pesar de la resiliencia mostrada durante la pandemia, la calidad de la democracia en la región continúa deteriorándose. Brasil, por ejemplo, registra el mayor número de atributos en declive y desde el 2016 “está transitando un proceso de retroceso democrático”.

En El Salvador varios aspectos de la democracia registraron también declives en los últimos 5 años. “La mayoría de las democracias de la región están estancadas en un nivel de desempeño medio”, aclaró el investigador. Uruguay es la única democracia que exhibe un desempeño alto.

Con respecto a la pandemia, el informe resalta que la libertad de expresión, la libertad de movimiento y la seguridad e integridad personales resultaron particularmente afectadas en este tiempo.


Los ataques a los organismos electorales se tornaron más frecuentes en los regímenes democráticos de la región.

Hay 13 países con desempeño medio, 4 con desempeño bajo (Paraguay) y Uruguay es el único con desempeño alto.
Camilo Filártiga,
politólogo e investigador.