Tal es el caso del Consulado General en Foz de Yguazú, hasta donde han llegado, desde San Pablo, Río de Janeiro y otros puntos del planeta, numerosos compatriotas que tenían conexión al país en el aeropuerto de Guarulhos, o quedaron desempleados como efecto de la crisis económica generada por la cuarentena y cierre de fronteras.
A raíz de la normativa de bloqueo de actividad comercial y hotelera por orden de la Prefectura Municipal de Foz de Yguazú, el cónsul general Jorge Coscia gestionó la autorización del hospedaje de 155 connacionales en un hotel, quienes llegaron a esta ciudad desde distintos puntos del Brasil y quedaron varados por el cierre de frontera.
Estas personas estaban en situación de vulnerabilidad económica. El Consulado debió solventar los gastos de alojamiento, alimentación, incluidos utensilios y vasos descartables, ante la negativa del hotel en otorgar este servicio por cuestiones de seguridad e higiene, y comprar medicamentos.
Por su parte, el Consulado de Río de Janeiro comenzó a entregar canastas básicas de alimentos a unos 60 paraguayos que quedaron sin trabajo debido a la emergencia sanitaria.