En su extensa nota periodística, Fulco destaca que “la banquina de la ruta 11 (Paraguay) es un shopping a cielo abierto de nafta contrabandeada desde Argentina. Combustible a mitad de precio que se carga en estaciones de servicio precarias, improvisadas y sin ningún tipo de control”.
“Las filas de vehículos a la vera de la ruta que une Clorinda (provincia de Formosa) con Asunción, es notoria. Los coches y camionetas, muchos de alta gama, frenan en las pequeñas tiendas, puestitos mínimos en los que se ofrece combustible mucho más barato de lo que puede conseguirse en cualquier estación de servicio paraguaya, donde el litro de nafta cuesta G. 8.100 (USD 1,30); en el shopping a cielo abierto lo pagan un 30% menos, G. 6.000 el litro (USD 1)”, indica Fulco.
Su relato agrega que esto es posible porque los paraguayos se abastecen del combustible para reventa del otro lado de la frontera. “En Argentina, el litro de nafta vale 100 pesos (USD 0,50 centavos). El negocio es tan perfecto que duplica el valor de compra, y las estaciones de servicio de las localidades argentinas de frontera (Clorinda, Puerto Iguazú o Posadas) muchas veces agotan el combustible ante la demanda de los vecinos paraguayos”, expresa.
El periodista argentino agrega que la frontera entre ambos países tiene 1.690 kilómetros de extensión, pero entre Asunción y Clorinda la distancia es de apenas 40 kilómetros, y la “ruta del contrabando” se extiende entre Falcón (a 15 minutos de la Aduana argentina) y la capital paraguaya. Son apenas 20 kilómetros en los que se pueden contabilizar más de 70 puestos. “No podemos decir que se trate de venta clandestina, porque es a la vista de todos”, le reveló Miguel Corrales, presidente de Apesa, al periodista argentino Mauro Fulco.